Capítulo 1.

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Esa madrugada en particular estaba siendo bastante fría, pero la baja temperatura no estaba ni cerca de ser el motivo que mantenía despierto a cierto jovencito.
Se encontraba en su cuarto, sentado en su cama, cubierto hasta la cabeza con sus frazadas, asegurándose de estar completamente envuelto, esperando el regreso de su amada lechuza, Ezra.

Scorpius era consciente de que al ser ese día su cumpleaños, no debería estar despierto a esas horas, puesto que sus padres lo llevarían de paseo, y disfrutarían el día con él y su hermanita todo el tiempo que pudieran, como hacían desde que lo habían adoptado, y regalado una familia tan maravillosa, hace siete años ya.
Por supuesto que estaba emocionado de estar con sus padres y hermana, sobre todo porque los dos mayores trabajaban mucho para demostrar que podían lograr esas comodidades por mano propia, y que no debían conformarse solo por heredar un considerable monto de dinero de sus padres.

Y tampoco era un "qué" lo que lo mantenía despierto, sino más bien un "quién". Hace un par de horas había comenzado el día de su cumpleaños, y desde ese momento había recibido una lechuza que conocía hace años.
Le había entregado un paquete y una carta, que por supuesto, sabía quién era el remitente de ambas cosas.
Tomó el trozo de pergamino para leerlo.

Sonrió emocionado ante las palabras -escritas- del otro mago

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Sonrió emocionado ante las palabras -escritas- del otro mago. El regalo no era lo más importante para él, ya que, como había predicho Albus, no lo consideraba necesario, pero el gesto le hacía ver que su amistad era igual de importante para él, ya que el otro adolescente sí apreciaba la cultura de los obsequios, y por ello se había tomado la molestia de invertir parte de su tiempo y dinero en elegir algo de su gusto.

Tomó ahora el paquete, sin reparar en la envoltura algo estropeada, quizá por el ajetreado viaje en las garras de Shura, la lechuza de Albus, o porque desde un inicio ese fue el resultado de su amigo envolviendo el obsequio.
Como fuere, era lo menos importante allí.
Quitó el papel beige que, a decir verdad, parecía de pergaminos, y se encontró con una pequeña caja en sus manos.

Sin borrar la sonrisa que adornaba su rostro, la abrió lentamente, descubriendo en su interior un extraño objeto que se asemejaba a una lámpara, pero era más parecido a una esfera de adivinación.
La sacó de allí cuidadosamente, y la examinó por todos lados, hasta que se dio cuenta de que en el interior de la caja habían más cosas. Fue así que dejó junto a él la esfera, cuidando que no se le cayera, y tomó la otra carta, y otra caja más pequeña que aún estaba en el interior de la otra.
Primero, leyó la segunda carta.

Primero, leyó la segunda carta

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El legado... Enamorado. | Scorbus | Harco/Drarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora