Mon Amour ★ Jenlisa

Is that even a question?

¿Valían la pena las lágrimas que Jennie derramaba todas las noches?, ¿Por qué la idea de Lisa seguía atormentándola?

Ya no daba miedo, era frustrante, porque Lisa no era real. Fue producto de la soledad de Jennie.

Lisa era una imaginación, una alucinación que tenía, porque estaba tan sola que comenzó a soñar con personas al azar que nunca conoció, y de alguna manera una tailandesa que era pulgadas más alta que ella, tenía labios gruesos, nariz pequeña y ojos de ciervo. Era la única que seguía apareciendo en sus sueños.

Y era frustrante.

Muy frustrante.

Porque Jennie estaba empezando a enamorarse de alguien que ni siquiera existía. Lisa era simplemente perfecta, y uno sabría que Lisa estaba apareciendo demasiado en los sueños de Jennie, porque la morena de alguna manera había memorizado cada detalle de su rostro.

La vida de Jennie alguna vez fue simple, pero estos sueños se lo estaban poniendo difícil. Quería dejar de soñar con esta chica, aunque al mismo tiempo no quería.

Porque era su escape.

Cuando Jennie lloraba, siempre era Lisa quien la consolaba mientras dormía.

Cuando Jennie estaba cansada, Lisa de alguna manera le cocinaba y tarareaba una canción de cuna en sus sueños.

Cuando Jennie se sentía miserable, siempre estaba Lisa.

Era tan adicta Lisa que una noche decidió que era hora de saber cómo se vería esta persona cuando estuviera despierta.

Entonces ella durmió.

El primer día solo miró los labios de Lisa en sus sueños y lo dibujó cuando se despertó. El segundo día su nariz. El tercer día sus ojos.

Continuó durante meses, asegurándose de que dibujara todos los detalles correctamente, con la esperanza de encontrar a alguien similar en la vida real.

-En realidad estás loca-, dijo Irene, la mejor amiga de Jennie mientras Jennie le contaba sobre el dibujo. Irene no la creía, así que la llevó a su casa.

Allí Irene vio montones de papeles de borrador que había usado Jennie. Su casa definitivamente era un desastre, y todo se debía a un sueño estúpido.

-Parece familiar- dice Irene y Jennie abre los ojos. -Siento que también la he visto en mi sueño, diciendo que quería conocer a una amiga mía o algo así, pero fue hace mucho tiempo-

-Espera, ¿y si soy yo-

-Jennie no seas tan ridícula y limpa tu apartamento. Fue un sueño y probablemente ni siquiera sea la misma chica. Tus sueños desaparecerán algún día. ¿Por qué no intentas salir para olvidar todas estas cosas ridículas que has hecho?- Irene dijo y Jennie suspiró.

-Pero trabajé muy duro dibujando esto-

-Conozco a alguien a quien podrías venderle tus dibujos, solo deja de hacer cosas como esta en el futuro. No es posible que encuentres a una mujer exactamente como ella. Soñamos con las cosas que no podemos hacer o tener Jennie, es normal.- Dijo Irene antes de salir de su apartamento.

Jennie suspiró por décima vez mientras limpiaba su apartamento y dejó su boceto terminado de Lisa en el cajón. Mañana lo dibujaría en un lienzo adecuado y se lo vendería a la amiga de Irene.

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Era el día siguiente y Jennie decidió ir a una cita. Probó con el primo de Irene, Kim Jongin.

-Eres muy divertida Jennie-, dijo con una sonrisa. Jennie reflejó su acción y él sostuvo su mano sobre la mesa.

-Tengo muchas ganas de conocerte mejor- Jennie frunce el ceño internamente. No la malinterpretes, el chico era encantador, en realidad guapo también, pero simplemente no había ninguna chispa.