𝐇𝐔𝐒𝐁𝐀𝐍𝐃 𝐊𝐈𝐌 |𝐊𝐓𝐇| [✔️]

|012|𝙲𝚘𝚗𝚏𝚎𝚜𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜

Tamy

Parecía una pordiosera, tenía tan mala suerte que en unas tres horas me pasó todo lo que en una vida me podría pasar.

Después de la llamada que le hice a Kim, me entró una crisis existencial que me eché a llorar por unos largos minutos, minutos que bastaron para que los oficiales lleguen y me echen del lugar por desorden público, si como lo leen, me echaron por desorden público, no dejé que me tocaran ya que me querían sacar a la fuerza y por pelear con esos oficiales, caí al suelo y el tacón de mi zapato se rompió.

Después de pasar la humillación más grande, me di cuenta que los únicos billetes que tenía se mojaron cuando pasé por un barrio pobre y me aventaron agua, se excusaron de que estaban limpiando sus calles, cosa que no creí ya que me vieron con cara de muérete

La noche había llegado más rápido de lo que creí, no sé en dónde estaba, las calles estaban desoladas, el frío era terrible y temblaba tratando de hacerme entrar en calor. Las palabras que le dije al señor Kim se quedaron en el cesto de basura que vi hace una cuadra. Suspiré y me puse de cuclillas en un rincón de un país desconocido. Escondí mi cabeza entre mis rodillas y cerré los ojos pensando en que hacer ¿Qué demonios se supone que haga?

─Señor ya buscamos por todos lados y no hay rastros de su es...

─ ¡Me importa un carajo! ¡Busquen otra vez!

Alcé mi cabeza cuando reconocí esa voz, una luz de esperanza reflejó ante mí, al verlo. Sonreí con los ojos acuosos. Giraba su cabeza de un lado a otro con desespero mientras gritaba no sé qué cosas a sus guardaespaldas.

Parecía una niña chiquita feliz de haber encontrado a su madre después de que le hayan perdido ahí.

Me paré de golpe y corrí hacía él.

─ ¡Señor Kim! ─ grité mientras corría hacía él, su mirada cayó en mí y soltó un suspiro, lo rodeé con mis brazos llorando a mares, joder que había perdido mi dignidad con él más veces que conmigo mismo. ─lo siento, lo siento, fui una inútil q-que....

─ ¡Por dios santo! No vuelvas a hacer eso, joder ¡me tenías preocupado! ─rompió el abrazo que le estaba dando para verme.

─Lo siento ─susurré sollozando, sus manos acunaron mis mejillas limpiando con sus pulgares las lágrimas que caían sin control, sus ojos me veían con preocupación recorriendo mi rostro sin pudor alguno hasta que soltó un suspiro y sus labios tocaron los míos, un toque delicado, yo entré en un estado de shock que se me pasó cuándo dejó otro beso en mi frente.

¡Ay dios! Me besó

─Fue mi culpa ─susurró─ no debí tratarte así, desquité mi enojo con la persona equivocada. ─me abracé a él con más fuerza, me alegraba que se haya disculpado.

─Está bien ─respondí cuando rompimos el abrazo.

─Mírate ─río─ parece que hayas pasado más de un mes en la calle ─me miré y en efecto, eso parecía, dejé pasar que haya usado el lenguaje informal.

Solté todo el aire ─ No me haga acuerdo, toda mi mala suerte se reunió a hacer fiesta el día hoy conmigo. ─soltó una risita, yo froté mis manos en busca de calor, él pareció darse cuenta.

─Ven, hay que ir a un hotel ─cogió mi mano y una corriente recorrió todo mi cuerpo.

No pregunté y no dije nada, solo le seguí a la camioneta.

[...]

Salí dándome un delicioso baño con agua caliente, una pijama estaba en la cama, pensé que Kim se quedaría en la habitación, pero no fue así, sequé mi cuerpo y lamentablemente no pude ponerme mis cremas ya que no habían encontrado todavía el equipaje.