50. OTRA VEZ

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"-Cuando me miras se me pasa todo
-¿el que?
-Las penas, la vida, todo"

DOMINIQUE

Era la primera vez en tanto tiempo que volvía a verla tan feliz. Su sonrisa era radiante y se podía notar su alegría a Kilómetros de distancia. La miré con atención cuando se bajó del auto frente a mi departamento y yo me bajé del mío.
No quería arruinar la felicidad que Kat tenía. Y aunque Ray confesó no haber abusado de ella, lo que hizo fue realmente grave y merece una sanción. Algo como eso no puede quedar impune y estaba segura de que me encargaría de eso.

-Hola- Kat se acercó a mi con una sonrisa y me tomó de la mano. Sonreí.

-Hola- respondí de vuelta con coquteo y ella me miró por unos segundos. Alejó de mi rostro un mechón de cabello y haló mi mano para llevarme adentro mientras reíamos.
Kat podía hacer que volviera a ser una adolescente loca teniendo su primera ilusión en el amor.

Entramos su departamento y al segundo después de cerrar la puerta tenía su boca atacando y devorando la mía como solo Kat sabía, y podía, hacerlo. Me tomó del cuello pegándo mi cuerpo a la puerta. Jadee y sentí sus sonrisa en mi boca. Se alejó unos centimetros y me miró fijamente. Para este punto yo estaba más a llá del cielo y bastante lejos de regresar a mi cordura.

-Te extrañé...- susurró cerca de mi y sentí perderme, aún más, en ella- Tanto.

-Te extrañé también- acaricié su cabello y cerró los ojos por unos segundos. Sonreió después y volvió a besarme. Sabía a Gloria su boca. Pasión y tanta dulzura juntas. Era increíble lo que me hacia sentir solo con un beso.
me hizo subir en su cintura en un rápido y ágil movmiento. Me parecía absurda la forma en la que cargaba con mi peso en cualquier tiempo, lugar o circunstancia. Caminó conmigo hacia el lugar que, por obvias razones deduje que era la habitación, hace un par de días solo suya, y ahora nuevamente nuestra. Toqué el suelo nuevamente antes de llegar a la cama en donde nuestras miradas se encargaron de arrebatarnos los miedos que aun teníamos  mientras yo sacaba su blusa y pantalón. Al completar mi misión y verla solo con la ropa interior azul me detuve unos instantes a mirarla. Estaba diferente, mas delgada, y sabía que era por los malos tiempos que ambas pasamos. Pero se veía realmente perfecta. Anoche pude notarlo pero ahora lo confirmaba. Kat es la mujer más perfecta que existe y jamás podría parar de decirlo.

Me acerque nuevamente buscando el manantial de sus besos, del cual adicta ya, y me devolvía el aire, las ganas y la vida.
Me guió hasta la cama mientras igual que yo hice antes, iba dejando mi ropa tirada en cualquier lado de la habitación.
Se subió encima de mi cuerpo y abrí mis piernas recibiendola.
La sensación era tan nueva, pero al mismo tiempo se sentían miles de deja vus.
La había extrañado por meses. Había hechado de menos su cuerpo, su pasión y sus ganas de una forma casi obsesiva. Me era imposible no confundir esta perfecta realidad y que mi mente me jugará mal.

Mi cuerpo quemaba. Realmente quemaba cuando era tocado por el suyo y mis labios exigían que ella jamás dejara de besarme.

-Estoy tan ansiosa...- bajó sus besos a mi cuello. Dulces. Lentos. Y tortuosos. Muy tortuosos.
Mis manos se enredaron en su melena larga y en partes rubias, acercando su boca más a mí piel, como si eso en realidad fuera posible.

-Kat...- solté un jadeo al sentir sus besos húmedos en mi abdomen. Me quedé sin respiración al sentir unas de sus manos explorar el interior de sus muslos buscando su, ya trazado, objetivo. Volvió a mi boca mientras retiraba las prendas restantes de mi cuerpo y entonces supe cuanto me había hecha do de menos- Oh.. Kat- estaba delirando mientras su boca hacía tan maravilloso trabajo en las partes más sensibles de mi cuerpo.

SAUDADE- DOMKAT (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora