Su mirada se fijaba en el extenso mar que reflejaba en el cada lucero de esa bella noche, guardo con cuidado a Ena para luego dar un largo y cansado suspiro.
Era un ser eterno, se supone debía disfrutar esta vida pero no lo hacía, no era feliz así, tenía una familia y al fin había arreglado las cosas, pero seguía sintiéndose mal. La culpa seguía ahí, carcomiendo su alma, no importaba cuánto intentará cortar sus lazos con los de abajo siempre había algo que le hacía regresar a ver abajo.
Quería olvidarse de todo pero no era simple, ni sencillo, y el tiempo no ayudaba en nada.
Odiaba a los dioses, a los humanos y a su persona. ¿Quién podría vivir así? Quería continuar, pero siempre regresaba a mirar hacía atrás, esperando aunque realmente no sabía que era lo que esperaba.
Dio otro suspiró, no tenía sentido quebrarse la cabeza pero no podía dejar de hacerlo. Odiaba estar así, se suponía lo tenía todo ¿Porqué complicarse más?.
Se levantó de su lugar y como no queriendo regreso a su hogar en la tierra, al regresar vio todos los recuerdos que tenía con su abuelo y antes de dar un paso más se detuvo ante la puerta, odiaba ese lugar, era la verdad, pero ¿Cómo alguien podría odiar su hogar, dónde estaba con su familia y una perfecta vida?.
Kubo dirigió su vista al suelo, sus lágrimas no tardaron en bajar y mojar la tierra junto a sus mejillas, la tormenta que comenzaba en el mar era tan parecida al la de su interior el cielo lloraba como su ojos y el cielo era gris un reflejo de lo único que veía.
Ya no era valiente, de eso estaba seguro pero seguía intentando estar bien.
Continuó así durante un buen rato hasta que sintió que ya no podía seguir llorando, cuando se sintió tan cansado como para continuar así. Al levantarse solo entro a su casa para quitarse su ropa y cambiarse por algo más cómodo y así poder dormir un buen rato.
En sus sueños todavía tener el placer de ser feliz, tal ves era lo único que le gustaba actualmente, soñar.
(...)
El tiempo pasaba pero para el, cien años podrían ser un parpadear pero últimamente su tiempo parecía haberse detenido, no hablaba de como se veía sino de que todo parecía ir tan lento.
Esta vez decidido salir de casa, cada que salía de está solía conocer gente nueva o simplemente era invisible para todos. Era mejor no hacer alboroto y mantenerse siempre a raya viendo como los demás viven su vida que tener que hacer una.
-Al fin sales de tú cueva.- escuchó una voz masculina detrás suya, un muchacho de piel morena y demasiado guapo para ser humano.
-Hablemos luego.-pidió Kubo caminando lejos de aquel ser, que en estos momentos era una espina en el trasero.
-Es importante que lo hablemos, no querrás que le pase algo tonto al chiquillo ese que tanto quieres.- dijo con cierta burla mientras tomaba de los hombros a Kubo empujándolo hacia fueras del pueblo.
Kubo sabía que si aquel hombre le había pedido hablar de nuevo era por algo importante, algo que tal vez no le gustaría. Todo en aquel hombre eran malas señales, un espejo donde se reflejaban los deseos de las almas y sus verdades, quizás por eso lo odiaba tanto, si lo veía a los ojos vería lo que tanto había estado ignorando.
-Dime cuál es la urgencia.- pidió Kubo intentado ser amable, ignorando sus ganas de golpear al otro.
-Se que me odia y que prefieres ver a otro pero ¿Qué crees? ¿¡Que crees!?.- preguntó con aquel cinismo típico en el.- Hoy me toca a mí, ya sabes lo de siempre de “debes de tratar con el mocoso, es de bastante ayuda, recuerda que bla bla bla.”.- siguió hablando aquel hombre.
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Incompetence [Kuban Yaoi]
FanfictionKubo soñaba en volver a aquellos días donde vivio una vida "normal" mientras se divertia junto a Leo. El había cambiando ya no veía los mismo colores, la soledad lo había transformado busacaba sin cesar la calidez de aquel castaño. Leo dejo los jueg...