¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Advertencia: Spoiler de Scream 1996.
Mención de asesinato y sangre.
El pasillo de la escuela nunca había sido tan ruidoso, el chirriante sonido del suelo encerado y el bullicio de los alumnos festejando el inesperado inicio de vacaciones, solo lograron darme migraña. Me apresuro a guardar mis libros en mi casillero, con las ansias por escapar del eco del lugar aumentando por segundo.
—¡Boo!- mi cuerpo brincó ligeramente, chocando contra el casillero, ya cerrado- Hola, conejito.
—Stuart.- suspiro el nombre de mi novio, golpeando su pecho sin fuerza- No te escuche acercarte.
El dedo índice de Stu se encargó de acomodarme las gafas, soltando un suave 'pup' seguido de una risilla. Stuart Macher, alto y apuesto, el chico popular y atlético del que medio curso estaba enamorado, y con notas apenas aceptables, más problemático de lo que mi madre aceptaba para un "novio decente". Llevábamos saliendo casi un año, y cuál cliché, mi personalidad era su extremo opuesto, demasiado tímida para interactuar con alguien más que no fueran mis dos amigas y Randy. El deportista y la nerd.
—Soy como un fantasma.- enfatiza moviendo sus manos- Tu, yo, mi sofá y pelis de terror, ¿que te parece?
En cuanto nuestra caminata inicia, su largo brazo se cuelga por mis hombros, aplastandome contra su costado con firmeza.
—No, prometiste que estudiarías para química.- le recuerdo y el frunce sus labios- Sino pasas esta prueba...
—¡La prueba se canceló!- celebra moviéndonos de lado a lado-Mira, tus amiguitas.
Sidney y Tate nos saludan al acercarnos, Prescott no duda en relatarnos como hace unos minutos tuvo otro encuentro con el asesino. Gosthface, apodo dado por Tatum, el hombre (o mujer) que disfrutaba matar con su disfraz de fantasma, Woodsboro en lugar de horrorizarse hasta parecía disfrutar salir de la monotonía.
—Pues de parte de todos, te digo ¡gracias, Sidney!- las manos de Stu van a los hombros de la nombrada, zarandeándola- Podríamos hacer una fiesta para celebrar estos asuetos.
Macher era uno de los tantos a habitantes que realmente disfrutaba de esto, como si la muerte de dos estudiantes fuera mejor que un maratón de películas.
—No creo que sea buena idea.- niega Sid, frotando su mano contra su brazo- No ahora.
—Vamos, chicas, una pequeña reunión íntima.- insiste, volviendo a abrazarme- Nena, sé cuánto amas estas épocas y disfrazarte.