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Las cucharas chocando contra los platos, junto a las risas y voces de los Wilkerson resonaban en el comedor.
—¡Miren, soy una morsa!- exclama Dewey, con papas fritas saliendo de su boca- Lila me dijo que sus dientes pueden medir hasta 90 centímetros, ¡eso es genial!
La sorpresa en Lois es evidente, pues sus cejas se encorvan girando su cabeza a mi dirección, dedicándome una sonrisa.
—Yo forme un ángel de chícharos.- Hall nos muestra su plato mientras ríe
—Tu eres un ángel de chícharos.- comenta la mujer entre risas- ¿Cómo les está yendo en sus clases, chicos? ¿Lila, sigues siendo la mejor de la clase?
—No mejor que Malcolm.- el nombrado sonríe con superioridad- No sé como su cabeza no explota.
—Solo parece.- se burla Reese, moviendo sus manos- Su cabezota es enorme.
—Por lo menos mi novia no es un Krelboyne.- Lois suspira, una discusión se avecinaba.
—Por lo menos tengo novia.
Sip, estaban hablando de mi. Después de ser amiga inseparable de Malcolm desde siempre, me la pasaba deliberadamente en su casa todo el tiempo, facilitándome una buena relación con sus tres hermanos. Más sin embargo siempre sentí una atracción por el segundogénito, tal vez era lo diferente que ambos somos o todas las tonterías que hacía para tener mi atención, pero estaba segura que tenía fuertes sentimientos por Reese, a pesar de llevar solo unos cuantos meses de noviazgo oficial.
—¡Además Lila es la Krelboyne más ardiente que existe!- siento mi cara tornarse colorada
—Si está ardiendo.
El pequeño rubio coloca su mano en mi frente, luciendo preocupado y Hall ríe negando, sin dejar de comer.
—Por eso te va a dejar.- la voz de mi amigo esta llena de veneno, como es usual- Te va a dejar por Billy.
—¡Arrepiéntete!
La vena en la frente de la madre aparece al par que ambos adolescentes se tiran sobre la mesa, llenándose de puré. Dewey sujeta el plato de las papas y se aleja, viendo con desdén la pelea. Agradezco al niño cuando mueve el recipiente hacia mi, ofreciéndome.
—¡Tiene una larga fila de pretendientes para elegir!- farfulle el ojiazul- Lila merece algo mejor, tú eres muy estupido.
Abruptamente, todo para, el silencio se abre paso por todo el hogar Wilkerson, nuestros cuerpos quedan en pausa compartiendo miradas entre todos antes de ver a Reese, incluso Dewey contiene su respiración volviéndose completamente rojo.
—No...yo, no quise.- el de en medio balbucea con miedo-Lila y tú hacen una bonita pareja.
—Ah si, ah si, pues...¡Lila y yo nos vamos a casar!- su mano estira de la mía estirándola frente a todos.
Ahora son suspiros de sorpresa lo que se escucha, con los ojos abiertos a tope observan mi dedo anular.
—¿Ese es...mi anillo?- Lois se levanta con brusquedad y ve su mano izquierda buscando este-¿Cómo?
Estoy segura que minutos atrás no portaba ese bonito anillo, mi corazón bombea con fuerza, llenándome de pánico. Es una expresión diferente en cada uno de los Wilkerson, el menor había dejado caer su alimento con sus cejas tan levantadas que parecía que tocarían su cabello, Malcolm tiene el ceño ligeramente fruncido sin apartar la vista de nuestras manos, Hall tiene su mano sobre su boca con los ojos bañados en confusión y estoy segura que nunca había visto el ceño de Lois tan fruncido como ahora. Mientras Reese mantenía una enorme sonrisa.
—Fue idea de Francis.
[...]
—¡¿Cómo se te ocurre decirle a tu hermano que se case?!
La castaña ni siquiera había dejado contestar al pobre rubio, gritando esa frase descargando toda su frustración.
—¡Tienen dieciséis!-exclama señalándonos, levanto mis manos en señal de inocencia- ¡Ni siquiera han terminado la preparatoria!
—¿Y?- su risa solo aumenta el rojo en la cara de su madre- Él planeaba secuestrarla.
—¡¿Qué tú que?!- ahora grita en dirección al castaño
—Hijo, ya hemos hablado sobre eso.- comenta el padre- Y ya tienes muchos problemas con la ley.
—¡Soy un estupido!- suelta como excusa- Y tengo que hacer algo antes de que se dé cuenta y me deje. ¡Es su culpa por ser tan buena!
Su índice me señala con inquietud, logrando que abra la boca ofendida, como si me hubiera acusado de estropear el frigorífico.
—¡No nos vamos a casar!- su semblante decae y la culpa me abraza- Somos muy jóvenes.
—Oh, cariño, ella ya sabe que eres estupido.- consuela Lois, con una ligera sonrisa
—Y eso es lo que me encanta.- sonrío beso su mejilla
—¿Entonces no te quieres casar conmigo?- cuestiona formando un puchero exagerado
—¡No!- exclamo con un atisbo de miedo- Quiero decir si, pero no ahora, en unos años.
—¡Si! ¿Escuchaste, Malcolm?- Le muestra su lengua- No me va a dejar por Billy.
—¿Yo si me puedo casar?- la voz del mayor sale del teléfono
—¡No!
La única mujer Wilkerson golpea el teléfono con fuerza, colgando.
Rio y estiro de su camiseta, nuestros labios se juntan e ignoro los sonidos que sueltan Dewey y Malcolm simulando asco. Reese sonríe entre besos y sus manos sostienen con decisión mi cintura, mientras llevo mis dedos a su cabello.
—Ay que bonitos.-el mayor suspira- ¿Recuerdas cuando éramos así, cariño? Nueve meses después nació Francis.
—¡Ya, sepárense!- un chorro de agua cae con rudeza sobre nosotros- Fue suficiente.
Parpadeo descreída, viendo la sonrisa maliciosa de la mujer, Lois sostiene la manguera del fregadero.
—Genial, camiseta mojada.- Reese menea sus cejas, llevando sus ojos a mi pecho
Mis amigos me dicen que debería encerrarte Antes de que te des cuenta y huyas Pero no lo haces y no lo harás mientras me besas. - 5 Seconds of summer
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¿Les gustó? Espero que si, porque es un fragmento de mi próxima fic!
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