Irresistible {Harry Styles}

Seis.

Caminaba junto a Harry en silencio por las calles desiertas de la ciudad. La noche era oscura y cerrada, y el ambiente frío. 

Harry me había pedido que, cuando mi turno acabara, me diera una vuelta con él. No había podido rechazar la propuesta, más que nada porque el chico me estaba persiguiendo por el bar sin dejar de decirme que saliera con él a dar un paseo, y estaba molestando a los clientes.

-Bueno… -empezó a decir el de rizos- Espero que aceptes nuestras disculpas. Fue un accidente, sin mala intención. Los chicos empezaron a hacer el tonto y… en fin…

-No te preocupes -le dije con una sonrisa- Mi actitud tampoco fue la correcta. No tendría que haberme puesto así.

Caminamos un par de minutos más, con las manos en los bolsillos y sin dirigirnos ni una sola mirada. El silencio que reinaba entre nosotros parecía mágico. Se podía escuchar nuestras respiraciones, acompasadas, y algún que otro intento por iniciar una conversación. Pero parecíamos no atrevernos del todo... Hasta que por fin rompí el silencio.

-Era mi hermano.

-¿Qué? -me dijo Harry un poco despistado-

-El chico de la foto.

-No tienes que explicármelo si no quieres -me dijo al notar el temblor de mi voz.

-Quiero hacerlo -le dije con la voz llena de determinación- Murió hace menos de un año. Esa fue la última foto que nos hicimos juntos. En mi diecisiete cumpleaños.

-¿Qué pasó? -me preguntó en un susurro.

-Yo había ido a una fiesta a las afueras de la ciudad. Un conocido me dio una copa y, cuando terminé de bebérmela, comencé a encontrarme mal. Creo que le echaron algo. Nada legal, eso seguro.

Hubo un pequeño silencio, interrumpido casualmente por el ruido del motor de algún coche que pasaba cerca nuestra.

-Yo le llamé para que fuera a recogerme, y el no dudó en ir a por mí. Pero tardaba mucho en llegar.

Harry tragó saliva, imaginándose el final de la historia.

-A las tres horas, cuando ya se había acabado la fiesta, me llamaron mis padres. Yo esta tumbada en medio de la calle, con la cabeza apoyada en el asfalto, esperando a que el mundo dejara de girar a mi alrededor, cuando me dijeron que había muerto.

Dejé de caminar y agaché la cabeza. Harry me tomó las manos y me las apretó, incitándome para acabar la historia. Incitándome a que sacara todo lo que tenía dentro.

-Había una carrera. De esas en las que los niñatos compiten con sus coches de lujo por las calles de las ciudades. Él, sin darse cuenta, cruzó con su moto por una de las calles que utilizaban para realizar su recorrido. Murió por ir a buscarme. Murió por mi culpa -dije dejando escapar algunas lágrimas.

Harry me rodeó delicadamente con sus brazos, y apoyé la cabeza suavemente en su hombro. Nos quedamos quietos, rodeados por las luces intermitentes de la gran ciudad y acunados al ritmo del ruido que provocaban los coches.

Y deseé poder quedarme mucho tiempo así, refugiada en sus brazos, acariciada por su aliento y rodeada por su fragancia.