「Anhelo」

250 48 3
                                    

Xiao XingChen se encontraba en la cocina lavando los trastes de la cena y limpiando el polvo y desechos que cayeron sobre la repisa mientras la preparaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Xiao XingChen se encontraba en la cocina lavando los trastes de la cena y limpiando el polvo y desechos que cayeron sobre la repisa mientras la preparaba. Mientras, sus amigos preparaban las colchonetas, cobijas, almohadas y demás cosas que necesitarían en la típica noche de películas que repetían cada domingo.

Cuando terminó se secó las manos con un trapo y sacó la bolsa de palomitas recién hechas del horno de microondas, las vació en un tazón grande y las llevó donde los demás, que ya tenían todo preparado, las películas estaban ordenadas de menos a más terroríficas finalizando con una de comedia como era su costumbre, cuando todos estuvieron sentados y acomodados la pequeña A-Quing presionó el botón play del control remoto y junto a un puñado de palomitas con mantequilla se dispuso a mirar el filme hasta el final.

Era una película bastante vieja, los efectos especiales no eran tan buenos pero la trama compensaba todos los fallos, Song Lan miró de reojo a su derecha, quería ver la expresión que pondrían los demás cuando vieran la siguiente escena (él ya la había visto antes) como esperaba A-Quing dio un pequeño salto en su lugar, sin embargo XingChen no mostró ninguna expresión, simplemente miraba la televisión con una expresión neutra, parpadeaba un par de veces por minuto y suspiraba más de tres de tanto en tanto, no estaba prestando atención a la película, su cuerpo estaba ahí pero su mente se encontraba navegando en un puerto de recuerdos, Song Lan negó con la cabeza y se cruzó de brazos, luego volvió a mirar al frente.

Así pasaron las siguiente tres horas, A-Quing se quedó dormida antes de que la última película terminara, el mayor apagó la televisión y la acomodó en la colchoneta de la orilla, la arropo y se sentó en el lugar que había correspondido a la niña.

—¿Qué es lo que estás pensando? —preguntó, pasó su brazo sobre los hombros del menor y lo movió suavemente

—Nada —fue la respuesta

Y era justamente la que esperaba, sabía que a su amigo no le gustaba hablar del tema así que no siguió interrogándolo, había algo aún mejor en su mente, algo que había preparado para esa noche y estaba a punto de ponerlo en práctica. Song Lan miró fijamente a su amigo, sus oscuros ojos recorrieron su delgado cuerpo hasta posarse en aquella mandíbula angulosa con deseo, poco a poco fue acortando la distancia que había entre sus labios y la piel de su cuello para dejar un beso húmedo en la justa intersección con su oreja.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Xiao XingChen, era el punto sensible del muchacho, un cosquilleo partió del centro de su estómago y atravesó cada célula de su ser, un toque más en la misma zona provocó que sus manos se aferraran inconscientemente a la playera del joven que le respiraba en las clavículas, el mayor comenzó a trazar un camino de suaves caricias hasta llegar a los anhelados labios del joven.

Xiao XingChen sentía su rostro ardiendo, cada roce que recibía de Song Lan era una braza que quemaba en su cuerpo, de pronto olvidó todo dejo que el mayor tomara el control del momento mientras él sumido en la lujuria y el deseo se disponía a disfrutar cada sensación que le hacía sentir. Song Lan abandono la boca del menor sus manos viajaron hasta el dobladillo de su polera y no dudaron en subirla lo suficiente para dejar expuestos los rosados botones que sin pensar dos veces lamió con desespero. Paso de uno a otro y los apretó con medida fuerza, el menor se aferró al cabello de su compañero, luego por instinto bajaron a su espalda, Song Lan dejó su trabajo y encaró al joven, sus ojos ardían de pasión, ambas respiraciones eran entrecortadas, el ansia y la codicia se apoderaron de aquel par de almas una vez más, XingChen se encargó de deshacerse de la playera del mayor sus manos tocaron con admiración el pecho bien formado del muchacho y al igual que él había hecho antes comenzó a besarle.

O B S E S I Ó NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora