31| Descontrol

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MORTE HABÍA tenido una fuerte batalla contra aquellos hombres, pero eran demasiados, ahora estaba golpeada y medio drogada, despertó en una clase de celda, en un granero si no se equivocaba, cuando pudo aclarar su vista observó a una moribunda Elena y a Stefan en las celdas frente a ella.

- Morte

Morte escuchó el leve susurro de su mejor amiga original en la celda a lado de ella, se apresuró a acercarse a la pared que las separaba.

- ¿Bex? ¿Bex eres tú?

- ¿Qué diablos haces tú aquí?

- Podría preguntarte lo mismo

- Alaric nos delató ante el consejo, pero nadie dijo nada sobre ti

- ¿Entonces que mierda hago aquí?

- Alaric si dijo algo sobre Caroline, creen que tú también eres vampiro

- No, ellos no me inyectaron verbena, no saben que soy

Morte se sentó apoyando su espalda en aquella pared, tomó la fría mano de Rebekah, ambas en una incómoda posición para poder tomar la mano de la otra, dándole una tierna escena a Stefan a quien le hubiera encantado estar en el lugar de Rebekah.

- ¿Porqué nadie me dijo que habías despertado?

- Desperté anoche, Stiles y yo íbamos a irnos cuando esos idiotas nos acorralaron

- ¿Stiles?

- Umm, cierto, ammm es una amigo de la infancia

- ¿Cuántos malditos amigos de la infancia tienes?

- Perdí la cuenta

- ¿Cómo te sientes?

- Estoy mejor, ¿Qué le pasa a ella?

- No he bebido Stefan

- (risa) Oh God, morirás Elena

- Tu eres humana, dame de tu sangre

- (risa) ¿Porqué debería?

- ¡Estoy muriendo!

- ¿Y?

- Eres una maldita egoísta, siempre has sido una egoísta, incluso Klaus pensó que Caroline es mucho mejor que tu

Morte solo escuchó a Elena desinteresada, si quería enojarla no iba conseguirlo con eso, Elena la miró enfurecida pero Morte no reaccionó aunque Stefan y Rebekah sí que lo hicieron, las venas bajo los ojos de ambos de hicieron presentes y sus ceños se fruncieron.

- ¿Ya terminaste? Eres patética, Elena, la cosa más patética que he visto

- ¡Tu, maldita, te mereces todo lo que te han hecho, merecías que esos hombre hici-

Las palabras de Elena se atoraron en su garganta, no podía respirar y veía con pavor a Morte de quien sus ojos ya brillaban en un intenso color rubí.

- Cierra la maldita boca, tú no sabes nada de mi

Elena pudo respirar pero cayó de rodillas mientras veía todo lo que Morte había pasado, lo sentía como si fuera ella, cada golpe, cada herida, cada hombre y cuando todo se detuvo sus peores miedos comenzaron a aparecer en su mente, fuera de eso Morte se encontraba sentada en un esquina, Rebekah veía la escena con una sonrisa burlona y Stefan no tenía ninguna expresión, Elena gritaba a veces cosas sin sentido, algunas pedía que parara, otras sólo gritaba.

Las escenas se repetían una y otra vez en la mente de Elena, estaba en una habitación oscura, sus manos estaban atadas, uno de sus pies tenía un grillete, su boca tenía una mordaza, la habitación apestaba a humedad, una luz apareció y el sonido de las botas chocando contra las escaleras de madera le aterraban, un hombre apareció, la vio de reojo causándole arcadas y luego se acercó a ella, retrocedió asustada pero el hombre sostuvo uno de sus tobillos y la jaló hacia el, ella trató de empujarla con su pie libre pero apenas tenía fuerzas, ella no era nada contra ese hombre, aquel sujeto comenzó a quitarse el cinturón mientras ella se retorcía tratando de librarse. El hombre enfurecido por que ella se moviera tanto, estampó su puño contra su pómulo haciendo que ella se aturdiera, un zumbido en sus oídos no la dejaba escuchar nada, su vista estaba algo borrosa y solo podía sentir las lágrimas bañando su rostro, quería gritar, quería decirle que parara, quería pedir ayuda pero cualquier sonido se atoraba en su garganta, sintió a aquel hombre profanando sus cuerpo, se desmayó segundos después al no soportar el dolor.

Unos minutos después Elena había parado de ver las traumáticas imágenes pero ahora se encontraba en una esquina con los ojos abiertos y las lágrimas bajando por sus mejillas.

- No me toques

Morte quien jugaba con sus dedos de manera desinteresada volteó a mirar bruscamente a Elena con los ojos abiertos, sus manos temblaron y sus ojos picaron.

- ¿Que?

- Soy frágil

- Cállate

- Eras muy joven para entender

- Dije que te calles

- ¿Porqué tenias que caer en manos de extraños? ¿Porqué despertabas con hombres desconocidos?

- Cierra la boca

-Te destrozaron en pedazos y tú no podías comprender

- ¡Cállate, Cállate!

- ¿Porqué te encerraban en un sótano lleno de hombres? "Estoy arruinada desde que nací"

- ¡Dije que cierres la boca!

Morte se levantó rápidamente y tomó los pedazos de metal que la apresaban con el ceño fruncido y reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir si otro frase salía de los labios de Elena.

- Te lastimaron en lugares que ni siquiera conocías, ¿Cómo le explicarías a tus amigos? Tenias 8 años y dormiste con un millón de hombres

- Cállate ya

Morte cayó al piso con las lágrimas rodando por sus mejillas y su cuerpo temblando, pero Elena no paró, Elena ni siquiera sabía realmente lo que estaba diciendo solo estaba en un fuerte shock, solo decía lo que había visto y oído a Morte decir.

- Lo intentabas, intentabas huir, corriendo llena de fuerza pero era difícil cundo tus huesos estaban...estabas débil, pero volabas fuera de ese hoyo infernal

El cuerpo de Morte temblaba con fuerza, las lágrimas se deslizaban por sus mejillas y su mirada están ida, su mente divaga entre sus más oscuros recuerdos.

Morte ahora era quien estaba sentada en una esquina, abrazando sus piernas, con la mirada perdida, Elena se había dormido hace rato, Stefan y Rebekah se habían cansado de preguntarle a Morte sin recibir respuesta, estuvieron horas así hasta que es...

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Morte ahora era quien estaba sentada en una esquina, abrazando sus piernas, con la mirada perdida, Elena se había dormido hace rato, Stefan y Rebekah se habían cansado de preguntarle a Morte sin recibir respuesta, estuvieron horas así hasta que escucharon un disparo afuera.

Un hombre entró y se dirigió directamente a la celda donde Morte se encontraba, se acercó a ella pensando que esta ni siquiera había notado sus cercanía, cuando estaba a punto de tocarla Morte volteó a mirarlo, sus ojos brillaron en rubí y un profundo corte apareció en la garganta del hombre, la sangre brotó a mares de la herida manchando un poco a Morte y despertando a Elena, el cuerpo cayó frente a los pies de Morte quien no se inmutó, se levantó y camino hasta la salida, las celdas de los demás se abrieron y Elena se abalanzó a la carótida del hombre.

Morte camino fuera de la casa dejando un camino de cuerpos por todo aquel que intentaba interponerse en su camino, Damon la observó, Matt la miró, Stiles la analizó, pero ninguno se atrevió a acercarse solo dejaron que Morte siguiera su camino.

- ¿Qué diablos fue eso?

- Ella regreso

RudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora