Capítulo IV

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Capítulo IV 

   A pesar de todo, las insistencias de aquel caballero lograron su propósito. Cuatro meses después de haberse conocido y de hacerle ver que sus intenciones eran honesta, él terminó por convencerla y convertirla en su legítima esposa. Para él no hacia falta esperar la aprobación de su padre, quien no podía comprender cómo su único hijo cambiaba a su anterior prometida, por alguien que no poseía ni un apellido reconocido, ni mucho menos fortuna. Sin embargo, el pare de ella tampoco había estado muy contento por aquella unión. Pero había terminando cediendo al ver la felicidad de su hija.

_ Espero que cumpla su palabra y haga feliz a mi hija._ le expresó seriamente el padre Brooke a Richard_. No tendré fortuna, ni mucho menos un apellido como él de usted señor Graham, pero si palabras por cumplir si alguna vez veo que mi hija a llorando por su culpa...

_ Le juro que su hija será feliz a mi lado... Jamás le haré derramar una lágrima por mi culpa. ¡Palabra de honor de un Graham!..._dijo al darle la mano a mi padre.

Aquel matrimonio había sido sencillo. Simplemente habían sido incitados solos amigos y algunos familiares tanto de Richard como Brooke. Obviamente, muchas razones había empujado que fuera así. Una unión desigual era lo que se llevaba aquel día a cabo.

_ Juro ante todos que te haré feliz el resto de nuestras vidas..._ le había expresado Richard, mientras bailaban aquel vals, al mismo tiempo en que todos los presentes les miraban_. Llegaste justamente antes de que cometiera una locura... fuiste el ángel que salvó mi vida._susurró finalmente en su oído, al mismo tiempo, que las mejillas de Brooke se ruborizadan_. Me hiciste ver el cielo en tus ojos y mi salvación....

_ ¿He de acostumbrarme a tu anhelo de verme como un ángel?_ preguntó con un poco de timidez.

_ Sí...mi ángel.

Aquel matrimonio fue primera noticia en algunos diarios de New York , produciendo un escándalo para algunos de la alta sociedad que rechazaban aquella unión, al enterarse por quien aquel ilustre caballero había cambiado a su anterior prometida. Una joven sin abolengo y sin fortuna sencillamente eso era Brooke para todos ellos: Una caza fortuna.

Y aquello siempre sería la verdad que les rodearía.Aunque Richard intentara protegerla de aquellas personas que quizá jamás se atreverían a conocer el amor verdadero, si llegara a tocar a sus puertas. Más importante era preservar su tonto estatus social, aunque eso les arrojara a un profundo abismo de sufrimiento y infelicidad.

Pero, ¿quién puede más cuando las intrigas y el rencor de otros pueden hacer que las dudas abran brechas, llenas de desconfianza que desvanezcan sus propias promesas, evitando queasí se cumplan?

LejaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora