Lejanía
(By: Adriana Rangel)
Prólogo
Todavía el silencio en él se hacía tan frío y tan vivo. Y el tiempo se rehusa a detenerse, mientras aquel caballero guarda tras su mal humorado temperamento, lágrimas de dolor que él solo conoce tan bien y que en su silenciosa voz ha ocultado para no delatar su realidad.
La melancolía y el vacío que sentía dentro lo había llevado a recordarle su pasado y la manera en que se hizo amigo de la soledad. Mientras tanto, sus ojos azules se han apagado, han perdido ese brillo mágico que en el pasado vivía en su mirada. Las fuerzas se han escapado de sus manos, no por cobardía, ni por miedo, sino por aquella ceguera que había tenido tapado sus ojos, dejando escapar a lo que más había amado y aún amaba. Alejando de su vida aquella pequeña luz que un día había llegado a su vida; sin embargo, por una falsa verdad que él había creído, y en la cual aquel ser que tanto le amaba, no quiso insistir más en hacerle ver su error y terminó acatando su decisión aunque le doliera el alma. Y simplemente le había dejado a él, aquella dignidad con la que se había marchado con la frente en alto, sin derramar ni una lágrima más.
Ella era inocente y él se había negado a ver su inocencia.
Richard Graham cerró los ojos, mientras en sus manos todavía tenía aquel vaso lleno de coñac. Y el pasado llegó a sus recuerdos, como si aún aquel ayer fuese el presente.
Había sido casualidad su primer encuentro. Aún su mente recordaba aquella tarde de otoño de 1920. La primera guerra mundial había dejado muchas huellas difíciles de borrar, entre ellas, a quienes habían huido de su país para poder sobrevivir y recuperar parte de la vida que la guerra les había arrebatado. Su familia era una de ellas, por lo que eran inmigrantes Irlandeses que habían huido a América, en especial a Nueva York. Su padre había empezado desde cero en lo que sabía hacer, en atender su propia librería y recomendar los libros que él consideraba que eran los mejores. Ella, como su hija mayor, se había dedicado a ayudarlo, mientras su madre cuidaba a su hermanita Virginia, que tenía en aquel entonces doce años.
Aquella tarde Brooke Bradshaw acomodaba unos libros en la repisa más alta del local de su padre. La escalera a su parecer había estado firme cuando ella se había subido, pero en ese instante había empezado a tambalearse. Sintió un nudo en la garganta cuando perdió el equilibrio y cayó, sin embargo, no al piso, sino a unos brazos de un caballero que no conocía.
Sus mejillas se ruborizaron al ver sus ojos y su rostro. Era la primera vez que le ocurría algo semejante, mientras aquel caballero sonreía con una completa picardía.
_ ¡Los ángeles están cayendo y creo que he tomado al más bello... a usted señorita!
_ Perdóneme caballero.... Le juro que no fue mi intención. Creo que ya puede soltarme..._ expresó segundos después algo apenada_. No piense que recibimos a los clientes de esta manera. Solo que esta escalera...
_ No me de explicaciones señorita..._sonrió con más picardía, al mismo tiempo que ella lo observaba fijamente al ya estar de pie en frente de él_. Sé que fue un accidente, aunque mi persona no se hubiese molestado si hubiese sido la bienvenida. Me llamo Richard Graham._ extendió su mano.
_ Brooke Bradshawn._ expresó ella al extender su mano.
Él tomó su mano sin apartar sus ojos azules de sus ojos café, al mismo tiempo en que besaba su mano. Aquel instante Brooke supo que sería imposible olvidarse de aquel caballero, era tal vez la sensación más extraña percibida en ella, que hasta su padre lo observó al instante en que se acercó para atender a aquel caballero. A simple vista Brooke y aquel caballero eran diferentes, y tal vez su padre quiso prevenir que sufriera por aquello.
Richard Graham era un joven caballero de la alta sociedad americana. Tiempo atrás había sido considerado el soltero más codiciado de aquella sociedad, no tan solo por su fortuna sino por ser un hombre realmente irresistible ante los ojos de cualquier dama. Pero se había conocido aquel compromiso que su padre le había impuesto por ser el único heredero, al ser éste un importante empresario y un hombre con una fortuna incalculable. A su vez, por medio de su madre, tenía una tía duquesa en Inglaterra, por lo que para cualquier señorita como ella, Richard era un hombre inalcanzable e inaccesible.
Brooke Bradshawn era una simple señorita de la baja sociedad que jamás sería aceptada en aquella alta sociedad al la cual él pertenecía. Y los Graham eran los primeros en marcar aquella diferencia entre lo que era inferior a ellos. Siendo Richrad el único diferente.
Pero, ¿por cuánto tiempo?
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Lejanía
סיפור קצרHay decisiones que marcan la vida de una persona y el futuro de ella... Y es algo que Richard Graham ha aprendido muy bien. Su triste corazón le ha hecho recordar aquel pasado que él dejó atrás. Las mentiras y la codicia de otros pudieron aún más q...