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Alexius tenía un plan muy en claro en su mente, nunca me lo dijo, pero era obvio por su caminar tan decisivo. Estaba seguro de que íbamos por el sendero que me había llevado hasta su villa hace apenas un par de horas. Yo le conté casi todo respecto a lo que había sucedido a Nicolhail, claramente dejando de lado la parte en la que una espada era arrebatada de mi manos mientras mi hermanastro estaba siendo apuñalado a un metro de distancia de mi fursona. (Definitivamente no mi momento más heroico.)

El bosque parecía acogernos de una manera reconfortante, todos mis sentidos apreciaban el estar ahí, el aroma de hierba fresca y los sonidos de la naturaleza siendo acariciada por el soplar del aire fueron interrumpidos por la voz ausente en los últimos minutos de Alexius.-¿Ya casi llegamos?- Me cuestionó como si yo fuese quien propuso caminar inicialmente. -¿Llegar a dónde?- Alexius colocó su mano encima del pomo de la espada fajada en su cintura. (Al decir pomo, entiéndase la parte superior y curvada de la agarradera de su espada, no una botella de bebida alcohólica). -A donde tú y tu hermano fueron atacados, obviamente.- Respondió con una ligera pisca de desconfianza en su voz.

-Ah, sí...- Respondí un tanto confundido porque originalmente creí que íbamos por recursos, no a investigar los cadáveres abandonados hace unas horas por mi hermanastro.- Ya casi estamos ahí, era literalmente en medio del sendero.- Continúe diciéndole algunos detalles respecto a la naturaleza del ataque que habíamos sufrido, supuse que el lobo que nos había ofrecido ayuda solamente quería cerciorarse de que no le hubiese mentido. - Ya veremos.- Enunció con el escepticismo tan característico. Continuamos caminando en silencio por unos minutos, solamente escuchando el bosque susurrarnos que todo estaria bien. El sol estaba dejando su punto más alto, el proceso de atardecer comenzaba, más sin embargo el calor y luz del sol aun eran presentes. La cantidad innumerable de sonidos creados por el aire al golpear árboles, arbustos, hierbas e insectos inundaban mis orejas y visión por igual, pero aparentemente no ta bien como a Alexius. -¿Lo escuchas?- Susurró como si estuviésemos siendo espiados. Mi primer impulso fue armarme, pero para mi suerte alcancé a contener mi impulso de idiotez y solo produje dos sonidos desde mi garganta.- Mmm' mmm.- Haciendo ese sonido universal de negación para comunicarme con el can.

Alexius continuó caminando después de asentar la cabeza para dejarme saber que había comprendido el mensaje dentro de mi débil pujido. Su rostro parecía pensativo, la valona (Erróneamente referidas como hombreras.) de su capa estaban más altas debido a la tensión creciente en sus hombros. -Hay alguien siguiéndo, prepárate para usar tu arco y flechas.- Se dirigió a mí sin realmente esperar respuesta. Dejó de caminar tan rápido como dejó de hablarme, plantó ambos pies en el suelo volteando lentamente el posicionamiento de su fursona hasta que los árboles y la maleza estaba frente a él.

-Fennek.- Alexius dijo mientras volteó a verme ligeramente a los ojos y después al cuerpo de mi arco, no tuvo que enunciar nada más para que yo supiera lo que él estaba esperando de mí. Tomé mi arco y una flecha, coloque el emplumado entre mis dedos y el culatín en la cuerda. Levanté ambos a la altura de mi garganta antes de agregar fuerza en el vientre de mi arco para así generar presión en la cuerda sin saber siquiera en donde se encontraba mi objetivo. Asentí cuando la mirada de Alexius se encontró con la mía nuevamente. -¡Identifica tu fursona e intenciones!- Alexius gritó al bosque enseguida del camino por el que íbamos caminando. Nada sucedió por un par de segundos hasta que un arbusto comenzó a temblar y moverse poco a poco. - ¿Enserió?- Alexius preguntó a alguien ausente o tal vez incorpóreo.

Un pequeño farbo (Pequeña criatura peluda típica de la región.) salió de entre el pequeño follaje que se había movido previamente. El farbo parecía enfermo, había mucosidad en sus orificios nasales y en lugar de dos, tenía solamente una oreja. Su pelaje estaba sucio, pero sucio de una manera atípica para una criatura que hace sus propios nidos en árboles, parecía haber salido de un agujero en la tierra como si hubiese sido enterrado. -Dispara.- Alexius dijo y yo cumplí inmediatamente. Un zumbido surcó el aire hasta que cumplió su objetivo y atravesó el farbo a la mitad, a pesar de tener el astil de la flecha atravesando su torso, no dejó de moverse. Terror invadió mi fursona al ver que la bola de pelos parecía seguir viva a pesar de que la mitad de sus vísceras se estiraban en el suelo mientras continuaba avanzando con las patas delanteras en nuestra dirección.

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2023 ⏰

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Fennek El IlusionistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora