Bufé mientras pasaba mis manos por mis brazos, con este frió era cada vez más dificil salir con mis vestidos cortos, y tener aquí pasadas las dos horas tampoco no ayudaba mucho.
Suspiré mientras comenzabá a dar pasos de regreso a casa con mis grandes tacones rebotando contra el suelo frió de la noche. Es realmente decepcionante no tener un solo cliente que pasará por aquí desde las 10, y eso me entristecía.
Unas luces se acercarón a mi lado, levante la vista mientras el auto se detuvo, haciendome detenerme tambien.
–¿No haz visto a la chica que estaba en esa esquina?–Una voz gruesa y sexy me llamó.
–¿Hablas de mi?–Sus ojos brillarón.
–¿Podrías...tu sabes, venir conmigo?–Soltó una risita nerviosa.–Hace mucho que no hacía esto.–Susurró para si mismo, rodeé los ojos.
–¿Quieres que suba o no?
–Claro.–Dijo decidido, dí la vuelta al auto, y subí al lado del pasajero, mientras el chico desconocido ponía en marcha el auto.
Mientras las luces de las lamparás iluminaban el camino pudé notar que el chico tenía el cabello rizado, y le llegaba por lo menos a los hombros.
Los chicos de cabello largo siempre habían sido mi debilidad, y rizado es aun mejor, ¿que más tiene? ¿Tatuajes? Reí en mi mente, mientras dejaba pasar los raros pensamientos.
–¿Ya quieres bajar o quieres que nos quedemos en el auto?–Sentí el aire entrar por la puerta que el chico me abría.
¿Me acababa de abrir la puerta?
–No hacía falta que hicieras eso.–Dije sonrojada.
Es por esto que agradecía trabajar de noche, aunque normalmente no solía sonrojarme.
–Yo quiero hacerlo.–Suspire mientras caminaba hacía la puerta del pequeño hotel.
En realidad me refería a que no era como los otros a los que me llevaban, ellos preferían ir a los hoteles más famosos de la cuidad que traerme a estos igual de caros pero menos conocidos.
–¿Podrías abrir la puerta? Hace mucho frió aquí afuera.
–Oh, claro.–El chico de cabello rizado abrió la puerta enseguida y rozó su mano por mi espalda, pero la soltó enseguida como si yo tuviera algún tipo de enfermedad mortal que se trasmité al tacto.
Cerró la puerta déspues de haber revisado más de 20 veces si no había nadie a la vista.
–¿A que le temes tanto?
–A nada, solo que aveces suelen ser muy entrometidos.
–¿Quienes?
–Paparazzis.–Bufó.
Fruncí el ceño, mientras sacaba mis tacones al ver que el chico no parecia querer hacer nada.
Me pusé de pie mientras movía y masajeaba mi cuello para intentar relajarme.
Una mano rozo mi brazo, me tensé, era raro sentir esto.
Un escalofrió me cubrió el cuerpo completo mientras el chico besaba detenidamente cada pequeño espacio de mi espalda mientras bajaba la bragueta de mi vestido negro corto.
–Eres muy hermosa.–Susurró contra mi piel, gemí al sentir su mano bajar mi vestido completamente dejándome en ropa interior, mi ropa interior rojo sangre de la suerte.
Me dio la vuelta mientras pude alcanzar a distinguir sus grandes ojos verdes, de un verde indefinido, pero me encantó y a la vez me hizo sentir que estaba haciendo algo mal viendo sus ojos.
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Please. || H. S
De TodoY de algo estoy muy segura, en estos "Van y Vienen" el amor no conviene.