Hazmelo.

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Talvez debería explicar la manera en que llegué a la conclusión de que el sexo era lo mejor del mundo despues de dormir y comer.

Contare la historia de como perdí mi virginidad:

Tenía cumplidos apenas los 17 -Exactamente 3 días. - Nathan, mi novio actual en ese momento, no era de ese tipo de chicos detallistas, lindos y cariñosos, el era mas bien, simple pero bueno, no me causa molestia alguna el echo de que aveces olvidará nuestros mesiversarios o nisiquiera me saludará en la escuela.

Eramos novios y ya.

Un día, decidió ir a mi casa y faltar a clases, uno de los pocos días en que mi padre salía de compras o algo por el estilo, le había invitado a ver una película y talvez pasar mas tiempo juntos.

En alguno de los cortes para ir al baño que el tomaba, fui en busca de algo a la cocina, al escuchar la puerta abrirse salté haciendo que la cuchara que habia tomado callera y ahora tenia que tomarla y agacharme.

Entonces al levantarme, senti las manos de Nathan sobre mi cintura, sonreí, talvez estabamos mejorando, entonces comenzo a tocar mis piernas, y continuó subiendo hasta tocar mis pechos, masajeandolos causandome un leve cosquilleo, me di la vuelta y comenzamos a besarnos con desesperación, mientras tomaba mi blusa y la arrancaba de mi cuerpo, igual que yo a el, nunca habia sentio este tipo de adrenalina, mezclada con deseo y una pizca de cariño. Se agacho para bajar mis jeans azules, y bajo los suyos juntos a sus boxers, mostrándome su gran erección, haciendome tragar saliva, sabía que venía después.

Me tomo de la cintura haciendome quedar sentada sobre la barra de la cocina, con las piernas abiertas.

-Hazmelo.

Me besó antes de hacer que su amigo entrará en mi, solté un pequeño grito, Nathan cubrió mis labios, si alguien nos escuchaba podrian fácilmente creer que algo malo estaba ocurriendo ahi.

Lo hacía rápido, sin pudor, haciendome soltar algunas lágrimas de dolor, no esperaba nada diferente de el, de pronto, me abrazo fuerte, temblando y besando mi cuello mientras gemía rápidamente.

-Haz estado increíble, Ash.
-Gracias, supongo.-Sonrei falsamente.
-Lamento si ha dolido un poco, necesitaba hacerlo, prometo otro dia hacerte disfrutar nena.-Guiño su ojo hacía mi, mientras abrochaba su pantalón y tomaba su celular.

Listo para marcharse.

Definitavamente fue la peor primera vez de cualquier historia de amor alguna vez escrita, pero asi lo era, no podría cambiar nada más.

Después de eso, Nathan nunca volvió a hablarme, aveces me acostumbraba a no hablar por dos días, pero dos semanas era demasiado, lo cual, me habia dado entender que lo nuestro solo había sido un desliz.

Please. || H. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora