T r e s

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Pasadas de las 9 y mi madre seguía sin aparecer, y la niña comenzaba a bostezar.

-¿Tienes sueño, Jo?

-Tengo más hambre que sueño.-Bufé.

Una parte de mi sabía perfectamente que mi madre no regresaría por esa niña, y tendría que pasar la noche conmigo, eso significaba, una noche después de 5 meses, sin un orgasmo.

Fatal.

-Tomá tu abrigo, o lo que sea que traigas, saldremos a comer.

Yo por mi parte tomé una pequeña ducha, antes de revisar si la niña aún no se había dormido.

Tomé mis jeans negros nuevos, y un suéter gris que había podido comprar hace unos meses.

Que fuera una prostituta no significaba que fuera a andar en mi vestido corto todo el día.

-¿Lista?-Le pregunté. Ella dio un pequeño salto desde el sofá hacía la puerta.

-¿A donde iremos?¿McDonals?¿Carl's Junior?

Tomé su mano, déspues de cerrar con candado la puerta de mi apartamento.

Caminamos un par de cuadras hasta un lugar donde vendían hamburguesas, creo que era la segunda opción de la pequeña.

-¡El paquete para niño!-Chilló, suspire.
-Lo que ella dijo.-La jovén asintió.

-Tomé esto, la llamaremos en un par de minutos.

Déspues de que termináramos de comer, y que Joselyn jugara en los juegos como por media hora, estábamos camino a casa de nuevo.

-¡Ha estado genial tía! Gracias.-Sonreí, no conocía a niños tan educados como Jo.

-Bueno, creo que la abuela no vendrá hoy por ti.-Suspiré.-Así que tenemos que dormir y talvez mañana pase por ti, ¿si?

-¿Donde dormiré?-Preguntó, mirando hacía todos lados, y encontrándose en su recorrido con una sola cama, la mía.

-Dormiras conmigo.

Ella asintió, y comenzó a quitarse su chaqueta, y déspues otro saco que llevaba debajo de esta, quedando solo en una blusita roja con los personajes de Bob Esponja sobre ella, y sus pequeños pantalones de lana negros. Esta niña iba bien vestida por lo menos.

Yo quedé solo en mi suéter gris y mi ropa interior, sacando mis jeans negros.

Pronto me encontré recostada junto a Jo, quién enseguida paso su brazito por mi cintura, sonreí.

El amor que brindaba ella se sentía mejor de lo que se sentía con los hombres con los que dormía.

-Tía...-Me llamó.

-¿Si?-Pregunté con los ojos cerrados.

¿Es que nunca se quedaba callada?

-¿Como es tu nombre? ¿Es tan bonito como tu rostro?-Sonreí tiernamente, mientras abría los ojos y acariciaba su cabello.

-Ashlyn.

Mi nombre es ridículo, lo se.

-¿Puedo llamarte Tía Ash?-Asentí.

Cerré los ojos de nuevo, esperando por fin dormir. Total, hoy sería la única noche que descansaría por completo.

-¿Tía?-Suspire.

-¿Que ocurre, Jo?-Pregunté cansada.

Alguien callela.

-¿Te molestaría si lloró?-Dijó con voz temblorosa.

Please. || H. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora