S e i s

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Un grito a mi lado me hizo despertar asustada. Jo estaba sentada, cubriendo sus oídos y gritando como si no hubiera un mañana.

–¿Joselyn?–Ella me miró fulminante, y volvió a acomodarse en su posición anterior.
–Déjame en paz.–Gritó.
–¿Que esta pasando?–Le pregunté.
–Nadie debe saber que está pasando, el abuelo no quiere que lo sepas.–Susurro como si no quisiera que nadie la escuchara.
–¿De que estas hablando Jo?–Ella se dió la vuelta, la miré asustada.
–Al abuelo no le gusta que cuente las cosas que le gusta hacer conmigo.–Tragué saliva.
–¿De que abuelo estás hablando, nena?–Ella cerró los ojos y al abrirlos pude notar el pánico en ellos.

Sus pequeños ojos verdes, llenos de ira y miedo.

–¿Qué pasó?–Pregunto.
–Jo cuentame que pasa contigo y el abuelo, ¿si?–Ella dió un pequeño salto en cuanto dije la palabra "abuelo".
–¿Con el abuelo? Con el no pasa nada, el es muy bueno conmigo, lo que hace esta bien.
–¿Que hace, Joselyn?
–El, me da besos, no pasa nada, el es bueno conmigo por eso hace esas cosas.
–¿Que cosas?
–No me gusta estar sola con el abuelo.–Susurró para que apenas yo pudiera escuchar.

• • •

Toqué la puerta tres veces fuertemente, mientras apretaba mi abrigo a mi cuerpo.

–¿Ashlyn?¿Que haces aquí?
–Lo has vuelto a aceptar mamá.–Ella se tensó, mientras miraba a todos lados.
–¿De qué hablas?
–De Bill mamá, habló de Bill.
–El es tu padre, Ashlyn.
–Mamá, tu sabes lo que el ha echo...–Ella comenzó a llorar, derrepente.

¿Como erá posible hacer eso?

–El esta muy arrepentido, ha pedido perdón de rodillas y yo le he dado otra oportunidad, la merece Ash, ha cambiado.
–No me llames Ash.
–Ashlyn.–Suspiró.
–¿Dónde está?¿Está aquí cierto?
–Ashlyn no puedes pasar.
–¡Bill!–Lo llamé.
–¿Que ocurre aquí?–Dijo una voz mientras bajaba las escaleras.

Sus ojos brillaron, y conocía perfectamente esos ojos, esas manos.

–Papi.–Dije fríamente.
–¿Ash?¿Eres tu? Cuánto haz crecido, pequeña.–Cerré los ojos, tomando coraje e intentando no llorar.
–No me llames Ash.–Reclamé.
–¿Qué ocurre pequeña?–Mi madre sonrió estúpidamente viendo como intentaba fingir que todo estaba bien.
–¿Has estado cuidando a Joselyn?
–El la cuida solo cuando es meramente necesario.–Interrumpió mi madre.
–¿Cuanto tiempo lo dejas solo con la niña, mamá?
–20 o 30 minutos máximo.–Los ojos de mi madre comenzaron a aguarse de nuevo.
–¿Que haces con Jo en ese largo tiempo, papi?–Dije mientras ponía mi mano en su hombro.
–Ella es muy alegre, jugamos con el balón afuera.
–¡Mientes!–Grité golpeando mis puños a su pecho.
–No entiendo a qué va todo esto.–Mi madre habló de nuevo.
–¿A qué juegas aparté del balón?
–Ella siempre duerme después de eso.–Sus manos temblaban mientras las ocultaba detrás en su espalda y miraba a todas partes como si derrepente los muebles de la casa fueran muy interesantes.
–¿No juegan a la casita?¿A la mamá y al papá?–Insistí buscando su miraba.

Los ojos de mi padre se oscurecieron. Estaba entre la espada y la pared. Lo había atrapado.

–¿Como puedes creer que las personas así cambian mamá?–Volteé en dirección a mi madre.
–Ashlyn, no tienes por que hablar así de tu padre.–Dijo en un sollozo.
–¡Los padres no abusan de sus hijas!–Grité.

Mi madre tomó mi brazo y me adentro a la casa.

–No grites esas cosas en la calle.
–¿No quieres que descubran toda la mierda de tu marido?
–Ashlyn, te estás pasando.–Mi madre me miró enfurecida.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2017 ⏰

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