El cielo se extendía sobre sus cabezas tan gris y revoltoso avisando la llegada de una tormenta, el mar picado se revolvía a lo lejos pero a los dos hombres que lo contemplaban desde la comodidad de sus viejas sillas poco les importaban pues las historias de lo que habían sido sus vidas le hacían competencia a lo horrible del clima. Un anochecer tormentoso sin duda.
Mentirían si dijeran que no estaban esperando algo pues sus vistas fijas en el horizonte no eran comunes. Uno lo admiraba en espera de su tan ansiada señal, ¿y si no llegaba? Tal vez había muerto, ¿y si lo olvidó? O peor incluso ¿y si ya no lo amaba?. De repente se sintió estúpido al creer que estaba esperando algo que muy probablemente no pasaría.
— ¿Quieres otra? — preguntó Bobby señalando su cerveza vacía, frunciendo el ceño notando raro el comportamiento del que consideraba su hijo.
— No, creo que ya casi me voy — se escuchaba un deje de preocupación e inseguridad en su voz, el aire pareció soplar con más fuerza en ese momento casi queriéndole reprimir por su actitud.
El mayor no dijo nada, simplemente removió su silla y se retiró para desaparecer en el interior de la casa. Dean jugueteó con la botella vacía balanceándola entre sus dedos mientras echaba su cabeza hacia atrás respirando hondo y por primera vez en mucho tiempo emitió lo más parecido que alguna vez haya dicho a una oración, fue simple, casi un murmullo, una petición al aire pues no había nadie escuchando pero no por eso escaseaba el anhelo en sus palabras, "Por favor" fue lo que pronunciaron sus labios aunque pedía mucho más que eso.
Bobby no dijo nada mientras seguía observándolo desde lejos, llevó su propia cerveza a sus labios y negó con la cabeza intrigado, sin acercarse hasta que vio como la botella resbalaba por el borde de la mesa hasta caer en la suave arena, sin ningún sonido, solo dejando su ausencia tras ella. Dean pareció reaccionar e inmediatamente la levantó sacudiéndola un poco a pesar de que era inútil, igual terminaría en la basura.
Se acercó a la silla que había dejado vacía sin decir una sola palabra y nuevamente solo eran dos hombres mirando algo indescifrable, perdidos en sus pensamientos hasta que las cosas cambiaron de nuevo.
Un destello, casi imperceptible mezclado con el titilar de las estrellas fue suficiente para hacerlo enderezarse en la silla para juntar sus manos y apoyar sus codos sobre sus rodillas. Bobby dio otro trago entrecerrando más los ojos si era posible, analizando.
Dos destellos y el ojiverde emitía una plegaria sin palabras, solo era esperanza. Bobby pudo ver cómo sus ojos se iluminaban a pesar de la obscuridad, parecían robar la luz del faro y reflejarla con la misma intensidad, pero no era la luz del faro pues sabía que era algo más. Sería mucho decir que sus ojos estaban formados de estrellas.
Y el tercero y tan ansiado llegó haciendo que una sonrisa se escapara de sus labios y cortara su respiración, mordió su labio inferior tratando de controlar sus emociones, cosa que fue imposible. Indescriptible era la palabra que venía a la mente del mayor ante tal escena.
Dean se levantó rápidamente de la silla casi tirándola en el proceso. Aclaró su garganta e intentó dar una explicación razonable para irse tan abruptamente, el mayor levantó una ceja divertido mientras escondía su sonrisa con otro trago de cerveza.
— Ya vete chico, llevas esperando lo que sea que haya sido eso todo el día — respondió divertido y Dean no supo realmente qué hacer o decir, le sonrió con agradecimiento y algo de vergüenza pero para cuando se dio cuenta ya avanzaba imparable por la costa.
Alcanzó a ver un destello más en su carrera y se preguntó qué significaría, pero a diferencia de hace tantos años esta vez esperaba obtener una respuesta.
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Historias del mar - Destiel
Fanfic- Papá, ¿puedes contarnos una historia de sirenas? - llegó gritando una pelirroja acompañada de su pequeño hermano Jack, quien a duras penas podía seguirle el paso a la hiperactiva niña. - ¡No! Mejor de piratas - pronunció Jack haciendo un puchero m...