Mi Mente Es Mi Cárcel (Final)

42 5 2
                                    

Eran las cinco de la tarde, yo apenas me estaba levantando, entre todas las horas bebiendo,mi mente atormentandome y el maldito dolor de cabeza, me dormí justo al amanecer, pero hoy milagrosamente no me dolía la cabeza, hoy me sentía bien, hoy sabía que iba a ser un gran día, hoy por fin mataría a mis padres y no me importa las inconveniencias, lo iba a hacer, porque ya me estaba hartando, porque necesitaba que mi mente me dejara en paz.

Cuando era pequeño ella siempre me ordenaba cosas pequeñas, que yo hacía con gusto, matar pajarillos, ratones, después fue subiendo y quería que matara gatos y perros, ahí fue donde desarrollé ese fanatismo con las colas de esos animales.

Por muchos años se mantuvo así pero hace un par de años se puso cada vez más caprichosa, quería que matara personas, y yo estuve algunos meses diciéndole que esperara un poquito y la sorprendería, y me dejaba en paz hasta la oportunidad, pero hasta el día de hoy me doy cuenta que ya se están poniendo todo peor.

Me exige que mate a mis padres, pero no lo hace de la misma manera que hace unos cuantos años donde lo hacía de vez en cuando, me daba mi tiempo, ahora no lo hace, ahora me lo repite todo el tiempo y me amenaza, me ofende, me lleva a un estado donde me dan ganas de reventarme la cabeza, ya me siento desquiciado y tengo que acabar con eso, ya, inmediatamente, y se que la única manera de hacerlo es dándole el gusto de verme matar a mis padres así que eso haré hoy.

Preparé una bolsa negra, tipo empresario y allí metí el arma, varios cuchillos y un encendedor, y también tomé la funda de guitarra con el hacha adentro y lo dejé todo ahí mientras bajé al bar a darme un par de tragos.

Eran las diez de la noche, ya estaba todo listo, estaba bañado, aunque no se para qué porque igual me iba a bañar en sangre, me sentía listo, dispuesto, lo único que me atormentaba era mi mente la cual me repetía una y otra vez que no podía fallar, pero que era tan imbecil que seguro algo saldría mal, que me concentrara.

Salí de la casa con todo preparado, y emprendí mi camino hasta casa de esos viejos repulsivos.

Una hora después llegué, toqué la puerta y quien me recibió fue mi madre, como siempre, ella era la criada de la casa mientras mi padre hacía lo que quisiera.

Al verme noté ese rostro de miedo, no me temía aún, todavía no, le temía a mi padre y de lo que haría al verme.

—Buenas noches mami—le dije con un tono malicioso, el teatro se había acabado y era el momento de sacar al verdadero monstruo que tenía adentro.

—Hijo ¿Qué haces aquí? Sabes que tu padr....—Empezó a hablar pero la empujé con mucha fuerza para poder pasar.

Empecé a buscar a mi padre  hasta que llegué al salón y ahí estaba, de flojo como siempre mirando la televisión, carraspeé y el giró para mirarme, cuando me vió parecía como si un demonio llamado ira lo hubiera poseído.

—¿Qué haces aquí maldito asesino? Tu no eres bienvenido en esta casa—Dijo mi padre tomando un adorno que había allí.

—Te aconsejo que dejes eso en su sitio—le dije mientras revolvía la bolsa buscando la pistola, el no soltaba el adorno—¿No lo vas a soltar? Te estoy dando una oportunidad—La agarró con más fuerza—Ok, tu lo quisiste—Dije e inmediatamente le disparé en la mano con que aguantaba el adorno, lo que provocó que su mano se hiciera un desastre y el comenzara a gritar como niña.

En ese instante llegó mi madre y al ver a mi padre soltó un grito también.

—Hijo por favor te lo suplico—Dijo ella con el miedo muy claro en sus ojos.

—Tu callate, no tienes derecho a hablar aquí—le dije mientras le apuntaba con el arma en la cabeza—Siempre que mi padre me humillaba, me presionaba e incluso me maltrataba tu nunca hiciste nada, por estúpida, por miedo a tu macho ¿Y sabes qué? Al único que debían temer era a mi, porque el verdadero peligro se llama Eduard—Y en ese momento le disparé en la cabeza a aquella mujer que fue mi madre, la madre más inútil.

Es verdad que ella también había sido la culpable de que los odie, por no defenderme pero tampoco iba a dedicarle tanto tiempo a su muerte, porque todo el tiempo lo quería para mí padre, porque si a él mismo mi madre le importaba un carajo entonces a mi me importaba dos.

En cuanto mi padre vió que había matado a mi madre, comenzó a temblar y a llorar entonces volví a ver esa expresión facial que tanto adoraba, esa del miedo, y venía de parte de la persona que más ganas tenía de verla, así que comencé a hablarle y a sacar mis armas y cuchillos, no sin antes dispararle en ambas piernas y ambos brazos para que no hubiera problemas y no quisiera defenderse, aunque sabía que no lo haría era demasiado cobarde.

—¿Recuerdas cuando yo era niño?—comencé a hablarle—Cuando me juzgabas, me humillabas, me querías hacer la vida un infierno—dije sacando un cuchillo y enterrandolo en su pierna derecha mientras el se retorcía de dolor y yo veía su sangre fluir—Yo siempre me dejaba, nunca decía ni hacía nada ¿Sabes por qué?—le enterré esta vez dos cuchillos en su pierna izquierda—Porque si actuaba te iba a matar como la maldita puta rata que eres—saqué el hacha y él al verla aumentó su llanto—ahora te tengo aquí llorando como niña, como debería haberte tenido hace mucho tiempo—levanté su camisa y pasé el hacha suavemente por todo su abdomen primero de forma horizontal y luego de forma vertical formando un "+" lo que provocó una herida no muy profunda pero si dolorosa—Eres un estúpido al creerte peligroso—la rabia y la locura empezó a consumirme así que levanté el hacha y con fuerza corté su brazo completo mientras el soltaba un grito extremadamente desgarrador—pero no, el peligro soy yo, yo seré tu muerte,te lo mereces—Hice lo mismo con su otro brazo y el parecía que se le iba a reventar la garganta de los gritos—esos asesinatos que han dado por la televisión, esos horribles asesinatos, los hice yo, y me siento orgulloso de poder estar aquí matandote, nos vemos en el infierno viejo—y culminé esa frase estampando el hacha en su cabeza viendo como reventaba.

En ese momento escuché las sirenas de las patrullas, venían a por mi, los puntos vecinos habían llamado a la policía, estaba perdido.

"Huye Eduard, no dejes que nos atrapen, sabía que ibas a hacerlo mal imbecil, huye"

Pero me di cuenta de algo,no podía huir, mis huellas estaban en todo, no había traído los guantes.

"No sirves para nada, por eso nunca te dejaré en paz porque sólo te mereces que te recuerde lo estúpido que eres"

Oí la policía, escuchaba todo, querían derribar la puerta pero no, ellos no me iba a atrapar, no me iban a encarcelar , porque mi mente es mi Cárcel, es ese callejón oscuro, sin salida y que solo trae problemas, no quiero más.

En ese momento supe lo que tenía que hacer, entre insultos por parte de mi mente y la policía afuera tomé la pistola.

Me apunté a la cabeza y disparé.... Y por fin, fui libre,de esa cárcel, de esa vida y de ese cuerpo corrompido por la malicia.

"La mente humana es capaz de crear el más hermoso de los paraísos, pero también el más terrible de los infiernos"

                            Fin

Mi Mente Es Mi Cárcel✔️[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora