El Comienzo

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Cuando era pequeño solía matar animales cuando no había nadie por mis alrededores,cuando estaba solo y podía sacar a relucir mis ganas de acabar con la vida, mataba pajarillos, les arrancaba las alas y estampaba sus diminutos cuerpos contra el suelo una y otra vez hasta que la vitalidad abandonara su ser y mis manos se bañaban en el hermoso líquido carmesí que nos conecta con este mundo de mierda.

También tenía un gran fanatismo por las colas de los gatos y los perros por lo que luego de acabar con sus vidas solía tomarlas para mi, mientras otros niños coleccionaban juguetes y se imaginaban que eran astronautas o super héroes pues yo mataba animales y jugaba a ser el Verdugo que tuviera en sus manos la existencia misma.

Eso era lo que me entretenía, matar animales porque a pesar de que tenía solo 10 años ya la sangre representaba todo el significado del placer para mi, su olor era el aroma de la felicidad, me embriagaba y me hacía entrar en un mundo mental donde todos morían en mis manos, su color, tan rojo y tan vivo siempre me impresionaba y me resultaba hasta gracioso el hecho de la vitalidad que podía sentir en la sangre mientras que para conseguirla debía arrancar vidas.

Mis fantasías iban más allá de las vidas animales pero podía conformarme con eso ya que mis deseos eran un secreto,siempre fui un niño inteligente y sabía que la humanidad hipócrita y aburrida me tacharía de monstruo, no me importaba pero a los 10 años no Tenía muchos deseos de aguantar esa mierda a parte que podía controlarme, no me parecía necesario llegar tan lejos por el momento.

La situación en mi casa me tenía hasta los huevos, mi padre me maltrataba y me mangoneaba y yo casi nunca hacía nada porque ignorar es el camino más fácil.

A veces si reaccionaba algo agresivo, no sólo con ellos, también con cualquier persona que me hiciera perder la paciencia a niveles grandes, pero todos lo justificaban simplemente con que mi carácter era fuerte y realmente yo siempre dejé que pensaran eso porque no me importaba, si ellos eran tan estúpidos como para no notar mis verdaderos intereses, límites y devociones entonces era su problema, yo estaba y siempre he estado claro de lo que quiero y me interesa y ellos jamás lo comprenderán así que tenerlos ignorantes era mejor.

Mis viejos siempre me exigían que estudiará, que me matara por sacar calificaciones más altas para poder llegar a ser alguien de provecho en el futuro y no el bueno para nada que era, me decían que cambiará mi temperamento, que tratara de ser un chico normal porque nadie querría ser amigo ni pareja de un perdedor como yo, dicho así no suena tan grave, en realidad si solo hubiera sido palabras me hubiera importado una mierda pero mi padre para encargarse de que no lo desobedeciera me golpeaba cada vez que le daba la gana, por cualquier razón, todo lo que hacía mal por muy mínimo que fuera era razón suficiente para golpearme como le diera la gana y mi madre no hacía nada, le temía a él y solo me decía que fuera mejor para que mi padre ya no me golpeara.

Vaya par de imbéciles tengo como padre.

Yo tampoco hacía nada por mejorar, no me importaba lo que opinaran de mi,no necesitaba un futuro, amigos ni pareja, yo seré lo que decida, cuando decida, no necesito compañía porque la mejor persona que me puede acompañar soy yo, la única persona que me interesa lo suficiente.

Igual aguanté todos los golpes de mi padre y jamas les hice nada, no me atrevía a pesar de que tenía ganas y las voces de mi cabeza no paraban de decirme que los matara.

Las voces... Mis compañeras desde hace mucho tiempo, no recuerdo específicamente cuando pero era muy pequeño la primera vez que las oí.

Recuerdo una vez cuando le pregunté a mi maestra ¿Qué era la voz que me hablaba en mi cabeza? Y ella me dijo que seguramente era mi conciencia, mi mente diciendome las cosas que debería hacer.

Y desde entonces la llamé así, mi mente, ella me habla todo el tiempo.

Ahora que soy más grande me doy cuenta que lo que dijo aquella maestra era estúpido y ridículo como la misma humanidad pero me sirvió para darle un nombre y un papel en mi vida.

Empezaron a pasar los años y a la edad de 17 años ya mi mente y mi autocontrol era un desastre, solo bastaba con que alguien me mirara en la escuela, en la calle o donde fuera para que ya mi imaginación se desatara, miles de posibilidades para hacer con el cuerpo y la vida de esa persona y un punto de excitación empezaba a llenarme, cada vez tenía más ganas de hacerlo y ya casi no aguantaba, me desgastaba totalmente intentar no llevar a cabo mi masacre.

El día que ya no pude continuar con mi intento de control, el día definitivo y en el que todo en mi cambió fue uno que parecía ser normal y corriente.

En ese momento, a las 3 de la tarde jamás pensé que ese día sería donde por fin dejaría de Fingir.

Mi padre llegó y empezó a gritarme que fuera poniéndome las pilas ya,que estaba a punto de entrar a la universidad y que no iba a permitir aue siguiera de imbécil porque ya había invertido mucho dinero en mi.

Yo le respondí simplemente diciéndole que no me tocara los huevos porque yo iba a hacer lo que me diera la gana y que se jodieran él y su dinero.

Por supuesto esa respuesta no le gustó, me abofeteó, me dijo que era una vergüenza y luego me escupió.

Lo que sentí en ese momento aún hoy en día no puedo expresarlo con palabras, sentí que algo dentro de mi explotó, que había cambiado y que ya no existía el auto control, estaba cegado y mi mente solo repetía una y otra vez "Matalo".

Y me abalancé sobre él...



Mi Mente Es Mi Cárcel✔️[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora