「04」

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Quería distinguir la cara del chico pero era casi imposible. Solo llegué a distinguir su mentón y parte de sus labios, y esa pequeña pero intimidante sonrisa que hizo al verme.

-Ya te habíamos advertido de esto Clarke.-Dirigió la voz el chico que parecía ser el jefe a mi padre.

Mi papá balbuceaba, no me había percatado de que ambos teníamos una cinta negra en la boca. El chico da una señal con la cabeza a uno de los guardaespaldas y este obedece y le quita la cinta.

-¡Por favor señor, deje ir a mi hija! Ella no tiene nada que ver... -Rompió en llanto.
-Quería oírte lloriquear Clarke, eso me dan muchas ganas de hacerte desaparecer. -Dijo sin una pizca de empatía. Oír eso me estremeció.

Pero aún así no lloraba. Mi mirada estaba fija en la cara del chico, más bien, en su máscara, con ira. Este se percató de mi enojo y se acercó a mi con una sonrisa.

-Creo que la pequeña Clarke no está muy contenta con esto. -Se arrodilló frente a mi silla.- ¿Quieres aportar algo? -Posó su mano delicadamente en mi mejilla, la corrí y ante ello quitó la cinta con ferocidad. Mantuve mi postura dura, sin inmutarme.- ¿Entonces?
-Conozco a mi padre, aunque no sepa por qué lo tienen aquí o quiénes son, sé que él no les hizo nada malo, mucho menos para decidir si acabar con su vida o no.

El chico se queda en silencio mirándome fijamente. Intenté ver sus ojos pero era impossible distinguirlos por la luz tenue. Mi concentración de desvió al oír una carcajada de su boca. Me desconcertó.

-Oh pequeña Clarke, me agradas. Tu inocencia se me hace hasta atractiva. -Sonrió de forma seductora y luego se levantó.- Parece que no conoces bien a tu padre; dime, ¿sabes de qué trabaja?
-Sé que es ayudante en una empresa. -Dije segura. Pero las carcajadas aumentaron y esta vez de todos los presentes menos de mi papá y de mi.
-Qué tierna eres. -Terminó de carcajear.- No tengo por qué explicarte, pero ya puedo asegurarte que eso no es así. Él te ha estado mintiendo hasta de su nombre.
-Jefe se lo suplico... -Saltó mi padre desesperado.
-¡Tu cierra la maldita boca! -Sacó un arma de una funda que tenía en su cinturón y lo apuntó directo a la cabeza.- Vuelve a hablar y la próxima te juro que no dudaré en dejarte un hoyo en la cabeza.

Comencé a sentir miedo, de verdad. Me sentía mareada, con resaca y súper adolorida.

-Entonces, pequeña Clarke. -Volvió a dirigirse a mi pero sin dejar de apuntar a mi padre.- Tu padre hace unos años juró lealtad hacia mi padre, y eso implicaba tener una vida encubierta. Su trabajo era simple, venir a la ciudad y mezclarse mientras hacía lo que debía hacer; para lograrlo debía casarse y tener una familia. Dentro de la lealtad él juró no mezclar sentimientos con el trabajo. Y adivina por qué está aquí hoy. -Miró a mi padre furioso.

Entonces... ¿yo era parte de un plan? ¿La existencia de mi hermano y la mía ya estaban previstas? No comprendía nada.

-Papá... -Logré sacar escondiendo mi tristeza.- ¿es verdad...?

Él lloraba en silencio y miraba hacia abajo sin responder. El silencio era suficiente.

-¿Entonces ni yo ni mi hermano tenemos importancia en ti? ¿Nunca pensaste tenernos como una familia para amar?
-Tranquila pequeña. -Me detuvo el chico.- Si fuera así él no estaría aquí. El problema es que no supo diferenciar los sentimientos del trabajo. Creyó que con decirme que dejaría todo por ustedes diría "está bien, corre y llena de amor a todos". Pues se equivocó.

Estaba confundida, mareada. No sabía si sentir odio, tristeza, decepción... ¿yo valía algo para él o para este mundo?

-Pareces tener demasiados hombres. -Enfrente.- ¿es necesario hostigar a un hombre que solo quiere ser feliz? No te cambiará nada tener uno menos.
-Pequeña, si él quería ser feliz de esa forma tuvo que pensarlo antes de involucrarse. -Me respondió con un tono sarcástico.- y la verdad no tiene nada de importancia su existencia aquí, pero ha cometido unos graves errores que debe pagar, y como sé que no tiene el dinero ni la forma, ¿que puedo hacer? Seguir el juramento que hizo donde afronta la idea de muerte ante la traición.

Ya me había quedado sin ideas para debatir. Pero quedaba algo.

-Entonces lo pagaré yo. -Dije firme.
-¿¡Tú, pequeña Clarke?! No me hagas reír. -Dijo sarcástico el jefe.
-Tengo habilidades de lucha y defensa personal, no se de que vaya esto pero por proteger a mi padre lo haré. Haré lo que sea necesario.
-_____ por favor, no... -Susurró mi padre hacía mi. Pero no lo miré, seguí firme.

El chico quedó en silencio, sin mostrar expresión. Pero tenía un buen presentimiento.

-Está bien pequeña Clarke. Pero mientras tanto tu padre estará aquí bajo la revisión de mis guardaespaldas hasta que no hayas cumplido  sus tareas ni arreglado sus errores.

Los guardaespaldas hicieron una extraña expresión, como de impresión o sorpresa.

-Desátenla y llévenla a mi oficina. -Bajó el arma y se dirigió a la puerta.- Al gusano ya saben donde. Venden sus ojos a ambos. -Agregó y se retiró del cuarto.

Los guardaespaldas se dirigieron a nosotros y nos cubrieron los ojos y desataron de las sillas, intentar escapar era imposible por tal fuerza que tenían.

-¿Por qué lo hiciste ____? -Preguntó mi padre.- Fui tan malo padre y parece no haberte importado...
- Sí importó. Pero no lo sé. Quizá en otro momento sabré el porqué.

Posterior a ello nos sacaron y nos llevaron a nuestros lugares.

Señor G y T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora