I

337 15 0
                                    

A veces no nos esperamos que un moretón que apareció de la nada sea algo importante.

Nunca le di importancia a nada de esto, en si ya sabía que tenía piel sensible, literalmente me moreteaba de nada.

Ir a karate era a veces odioso, y más allá de que los chicos me cuidaban un montón, es un deporte en donde casi siempre estamos en contacto físico y samarreandonos.

Quien iba a decir que las risas de los chicos cuando les mandaba fotos de los moretones que me quedaban por solo agarrarme se iban a convertir en caras tristes, en abrazos interminables, en mensajes a cada minutos preguntándome si estoy bien.

No voy a decir que no me impactó la noticia, pero tampoco voy a decir que lloré.

Nada es para siempre, ni las películas, ni el helado, ni yo. Eso lo tenía en claro.

Leucemia.

Eso tenía. Leucemia terminal, si a mis 18 años, leucemia.

Había varios problemas además de este.

Marcos, mí hijo de 2 añitos y Mateo, mí actual novio.

Ama Siempre- TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora