III

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-chicos, las cosas como son- levanté mí hombros y acomodé mejor mí espalda tratando de no hacer ninguna mueca

-no es el momento, todavía no- negó Camilo agarrando mí mano

-chicos- susurré mirándolos y fije mis ojos en mateo, quien tenía su cabeza en mí estómago,mirandome mientras las lágrimas caían por sus ojos

-ahora no Gorda, lo vamos a hablar, si, pero no ahora- susurró Matu y asentí

-no lloren boludos que todavía no me morí, falta poquito pero todavía no- me reí tratando de sacar el aire denso que había.

-no digas eso tarada-  negó Male sonandose la nariz con un pañuelito

-amor, llamá a tu mamá y decile que me traiga a Marcos un ratito- le hice un puchero y el negro asintió agarrando su celular y saliendo de la habitación,por detrás salió Camilo, sabiendo que iba a llorar y las chicas se acercaron a mí cama - cuidenlos, cuidenlos mucho, por favor- susurré agarrando sus manos

-René, no hablemos de esto gorda- susurró Male y negué

-que coja, que sea feliz, que se enamore y si es posible que se case, pero que cuide a Marcos, que no le falte nada chicas, por favor- pedí cerrando mis ojos

-a ninguno le va a hacer falta nada René- hablo Camila y asentí, nos separamos rápido al sentir la puerta y puse mí mejor sonrisa, las chicas por su parte salieron de la habitación a los que las miraron raro pero negué

-en un ratito viene el enano- hablo mateo sentándose a mí lado en una silla y del otro se acercó Camilo

-René- susurró

-¿Que pasó negrito? - lo miré y agarré su mano

-te amo, de verdad te amo, tanto como amo al negro mugriento de Mateo, no te me vayas, luchá- susurró llevando mí mano a su boca donde dejó varios besos

-los amo a los dos, pero sabemos que por más que yo quiero, me voy a ir, no se pongan tristes negros, falta rato para eso- sonreí y llevé ambas manos a mí boca donde las dejé pegadas un tiempo

No tengo que llorar.

No tengo que llorar.

Soy fuerte por mí, por Camilo, por mateo y marcos, soy fuerte.

No tengo que llorar.

-permisoo- se escuchó la voz de mí suegra y apreté ambas manos para tratar de calmar las aguas

-holis- sonreí al verla con mí hijo a upa

-¿Cómo está el bebé de mamá?- pregunté cuando lo dejo en mí cama

-bien- asintió jugando con sus deditos

- ¿Y a papá no lo saludas ?- preguntó mateo agarrándolo para llenarlo de besos

-basta papá- se quejo riéndose y los miré

Eran mí vida entera.

Ama Siempre- TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora