Eᴛᴇʀɴᴏㅡ"Yŏngyuăn" (AU MDZS) [TERMINADA]

Capítulo 37: SongXiao, una historia de amor bastante peculiar + Chunshan 2.0

Cuando Xiao XingChen bajó de la montaña de la gran inmortal, se fue con tantas ideas. Él siempre pensó que el mundo fuera de las fronteras del que fue su hogar durante años, sería un paraíso y lleno de personas con corazones bondadosos a favor de la justicia.

Él visitó varias aldeas, conoció grandes personas. Interactuó incluso con líderes de pequeñas Sectas y sus discípulos, para conocer más sobre la vida de los cultivadores honorables.

Si bien estaba bastante emocionado porque existieran aquellas sectas encargadas de velar por el bienestar de su gente, a la vez se sintió decepcionado de ciertos aspectos. Tal y como lo eran el juicio sobre los orígenes de los miembros de aquellas sectas.

Su forma de pensar sobre las personas tuvo un brusco cambio. No era lo que él pensaba que eran.

Supo sobre aquellos que ansiaban poder, aquéllos que disfrutaban ver el sufrimiento ajenos. Aquellos que se regocijaban con la muerte por sus propias manos de los demás. ¿Cómo es que podrían existir personas que odiaban la felicidad de otros, tenían envidia hacia los demás, fueran arrogantes y despreciaban a los desafortunados porque ellos poseían más que otros? ¿De verdad era así el mundo fuera de la montaña? ¿Es por eso que su Maestra intentó convencerlo de no dejar su hogar?.

No. Aun así, Xiao XingChen no se arrepiente de haber venido al mundo. Porque a pesar de todo, aun cuando hay oscuridad que llegas a perder la esperanza, todavía queda una pequeña luz que podría levantarlo todo.

Fue así que conoció a Song Lan, de cortesía ZiChen. Aunque, la forma en que lo hizo fue bastante peculiar por no decir vergonzoso.

Xiao XingChen estaba luchando contra un grupo de cadáveres que intentaron atacar a dos jovencitas que lavaban la ropa en un río. El blandió a Shuanghua a punto de cortar el último cadáver, cuando sin darse cuenta uno más llegó por su espalda.

ㅡ¡Cuidado! ㅡescuchó la advertencia de un hombre.

Xiao XingChen estaba de hecho, en perfecto equilibrio sobre el pequeño puente, ese repentino grito lo sacaron de concentración y cayó al río.

Y así terminó siendo sacado de las aguas por un alma piadosa, liberándolo de la vergüenza ajena. Después de todo sus blancas túnicas quedarían manchadas con lodo. Su cabello un tanto desordenado por no decir un desastre, y si no pudiese ser peor, una mancha de barro en su nariz que fue quitada por el buen samaritano que lo salvó.

ㅡ¿Te encuentras bien? ㅡera un hombre alto y robusto. Muy guapo si tuviese que describirlo en simples palabras. Tenía una mirada firme pero a la vez gentil mientras lo observaba en busca de cualquier daño. Estaba tan embobado en contemplar a tan hermoso ser, que Xiao XingChen no se había percatado en la vergonzosa posición que se encontraba en los brazos de aquel bello hombre.

Sintió sus mejillas calentarse ㅡS-Sí, digo, estoy bien, muchas gracias por su amabilidad Joven Maestro

El hombre lo dejó de pie en el suelo, ayudándole a que se equilibrara para no caerse nuevamente. Sus músculos estaban entumecidos, las aguas en realidad estaban demasiado congeladas y Xiao XingChen tuvo que hacer su qi fluir para calentar cada rincón de su cuerpo.

Su salvador le tendió su espada, que no tenía ni la menor idea de en qué momento se le fue de las manos.

ㅡSoy Song Lan, de cortesía ZiChen ㅡdijo, con amabilidad.

ㅡOh, un placer Song ZiChen ㅡse inclinó con la poca dignidad que le quedabaㅡ mi nombre es Xiao XingChen, discípulo de BaoShan SanRen....

Song ZiChen parecía sorprendido, sin embargo no dijo nada al respecto. De todas formas, Xiao XingChen estaba feliz de haberse encontrado con una persona tan amable como él.