Capítulo 40: Lᴀɴ Wᴀɴɢᴊɪ ㅡ "Mᴇᴍᴏʀɪᴀs ᴅᴇ ᴜɴᴀ ᴀɴᴛɪɢᴜᴀ ᴠɪᴅᴀ"

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Segunda vida de Lan Zhan.



Cuando Lan Wangji conoció a Wei WuXian, lo primero que pensó fue.

Revoltoso, insoportable, desvergonzado, pero deslumbrante.

El Segundo Jade de Lan, cayó por completo por aquellos hermosos orbes plateados y aquella preciosa sonrisa tan brillante, mucho más que el mismo sol. Esa persona era tan pero tan radiante, que lo impactó de sobremanera. Jamás en su vida había visto alguien igual. Él quedó totalmente embobado por aquel jovencito.

Y desde entonces no pudo quitarle los ojos de encima.

Con el pasar de los días, fue conociendo aún más la personalidad de aquel revoltoso niño. Como sospechaba, y como decía su tío QiRen, el niño era un caso especial y perdido. Tenía una personalidad única y desenfrenada. Al igual que una mente brillante, definitivamente era un joven muy interesante.

Su mentalidad iba mucho más allá de lo que uno podía imaginar, sorprendió a todos aquel día cuando expuso sin detenerse a pensar, su teoría con el manejo de la energía resentida. Lan Wangji estaba conmocionado por el atrevimiento, y quería con todo el deseo del mundo poder haber detenido los pensamientos del niño más pequeño para evitar que se fuera por ese horrible camino. Pero fue demasiado tarde, y tío QiRen ya lo odiaba.

Para su desgracia o suerte, fue designado él mismo para supervisar el castigo de aquel niño desenfrenado. Durante ese mes en que ambos estuvieron encerrados en la biblioteca, tuvo la oportunidad de conocer aun más de Wei WuXian.

Al principio Lan Zhan quería hacer el intento de acercarse por recomendación de su hermano mayor, ya que también lo vio feliz por su posibilidad de hacer un amigo. Pero no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo. Sin embargo fue el mismo Wei Ying quien rompió aquellas barreras para poder ser más cercanos.

Incluso el menor se dio la libertad de hablarle con respecto a su propia vida, las maravillas de su Secta, su hogar. Las grandes hazañas que él y su shidi realizaban en cacerías o prácticas. Lo maravillosa que era su adorada Shijie, quien cuidaba de él como si ella fuese su propia madre. La deliciosa sopa de raíz de loto con costillas de cerdo que Jiang YanLi preparaba para ellos. Que era su sopa favorita, y que era una de las maravillas que existía en el mundo.

Aun así no fue capaz de ir más allá, siempre se limitaba con su cercanía hacia Wei Ying, negando su familiaridad con el niño. Sin embargo el desenfrenado Loto, no se rindió y siguió insistiendo. Lan Wangji se reprimía para no admitir que realmente estaba sintiendo cosas por Wei WuXian. Las reglas de su Secta le impedían dejarse llevar por aquellos sentimiento mundanos hacia alguien más. Y aunque intentó de todas las formas posibles evitarlo, cada día crecían aún más.

Eso no podía seguir así, eso debía parar.

Hizo de todo para alejar al niño, pero éste parecía ser inmune a todo tipo de rechazos. Lan Zhan fue firme en su postura, y no declinó ante el revoltoso joven. Como el mejor discípulo de su Clan, Lan Wangji debía dar el ejemplo y seguir al pie de la letra sus principios. Él no iba a dejar que aquellas emociones interfirieran en su trabajo de toda la vida. Por lo tanto debía haber una forma de alejarse del peligro. Lo sabía, era completo cobarde.

Pero un día, aquella idea se esfumó por completo, cuando estuvo a punto de cumplirse su deseo de que Wei WuXian desapareciera de su vida. Aquel día, experimentó el peor miedo de toda su existencia.

Wei Ying, el desenfrenado joven, el niño enérgico lleno de vida, el discípulo de la sonrisa más brillante, el que insistió en desatar todas las cadenas que lo mantenían firme agarrado a sus reglas, el mismo que hizo de sus travesuras para intentar sacar a flote sus más fuertes emociones, casi perdió su vida en aquella cacería.

Eᴛᴇʀɴᴏㅡ"Yŏngyuăn" (AU MDZS) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora