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|Es nuestro secreto|

Ellos no eran amigos.
Pero no eran desconocidos

Se conocieron por accidente
Pero no dejaron de verse

Ellos no son amantes
Pero las noches eran interesantes

La luna era su confidente.

~🌙~

Esta noche la habitación sería su testigo.

Las personas de abajo ya no eran importantes y la adrenalina los exitaba, no resistían, mientras uno de desvestía el otro miraba expectante, por la sonrisa en su labios no había duda le gustaba lo que veía, se acercó a su desnudo compañero.

-¿Que haces?- Hace mucho que ni el mismo sabía, pero era obvio lo que ahora mismo se haría.

Ahora ambos tenían que ceder, no era difícil, aquel hermoso susurro les ofrecía complacerse mutuamente y sin compromiso cada que querían lo seguían, se encontraban y lo gozaban.

Hasta este punto la temperatura subía, el aire era su propio afrodisíaco y sus cuerpos se tentaban.

La adrenalina, el miedo de perderlo todo, de ser descubiertos lo hacía todo más fácil.

Adelante caigan; decía aquel hermoso susurro.

-¿Y que se te ocurrió?- Fue arrojado a la cama por quién ahora está en sima suyo.

-Sera rápido- Susurro al viento, después volverían a hacerlo, cuando su fiel confidente volviera a salir.

Sus lenguas jugueteaban como dos niños, llevaban ya tiempo sin besarse y sus labios se extrañaban.

Se sumergían en su loca burbuja, un mundo diferente y hacían lo que querían, sin reglas, solo eran ellos.

Ese cuerpo ya lo conocía pero jamás se cansaría de explorarlo a besos como ahora, bajaba y bajaba mientras sus manos quitaban esa estorbosa prenda de abajo, sonidos llenos de satisfacción salían de la boca de su compañero, !Alfin¡ Los estorbos ya no estaban sobre ellos, lo besos húmedos siguieron mientras que uno que otro chupón se quedaba como recuerdo en la piel del chico.

Introdujo el miembro del contrario en su boca, los gemidos salían con cada movimiento circular que este recibía, sabía mover su lengua sin duda.

-Ah~- El climax corría y ese gemido indicaba su pronta llegada.

Masturbaba a su compañero, no querían que terminara pero pronto los comenzarían a extrañar y eso no sería bueno.

-Ah~- Se había corrido.

Aquel chico miro el líquido en su mano, lo paso por sus labios y se lo trago.

Ahora el aire era normal y mientras la temperatura dejaba de subir los hermosos susurros dejaron de escucharse.

Ellos se deseaban pero no podían tenerse completamente, por eso cedian ante los hermosos susurros, ante su deseo.

Ambos no pudieron evitar soltar un risilla traviesa que pronto se mezclaría con el viento.

Este es su secreto, uno que no sabría nadie más que la luna.

-Kay.

30 Dias OTP  »Frededdy«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora