Capitulo Veintiocho

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15 DE OCTUBRE DE 2015

Simon dormía tranquilamente cuando siente unas manos en su cara, unas pequeña manos que le agarraban la nariz, después la oreja, mientras se iba despertando escuchaba la pequeña voz

-papá… papá…-cuando por fin abrió los ojos vio los hermosos ojos azules de Cecily, se reincorporó, la niña se sentó en su regazo

-cariño-dijo él-¿Cómo llegaste aquí?-

-yo la traje-dijo Max que estaba sentado en la cama-estaba llorando, quiera estar aquí-Simon miró el reloj, eran las 5 AM, Isabelle aun dormía como un tronco, había salido de caza en la noche y había llegado en la madrugada enseguida había caído agotada en la cama, Simon dio un beso en la mejilla a su hija

-feliz cumpleaños cariño-la niña rió, Simon bajó a Cecily a la cama

-quédense aquí, ya vengo-entró al baño, se lavó los dientes y se colocó una camisa, entró al cuarto tomó a Cecily en brazos y bajó con Max, el instituto estaba un poco vacio, los nefilims aun dormían y los únicos que se veían eran los que llegaban de sus guardias paseando como zombies hacia su habitación, la hora de despertar de los cazadores de sombras era a las 6, así que en ese momento la mayoría dormía, Simon bajó hasta la biblioteca esta se había vuelto su santuario desde que su castigo comenzó, solo habían pasado 7 meses y en esos tenía que quedarse dentro del instituto, un hechizo evitaba que saliera, su rutina era levantarse temprano, leer un poco, después ir a entrenar, después ayudaba a Jocelyn que era la tutora del instituto, al menos hacia algo productivo, muchas veces se aburría estar encerrado, a veces quería escaparse y salir a cazar pero sabía que no podía, la biblioteca estaba vacía, Simon bajó  Cecily y se sentó en el escritorio donde había dejado el último libro que le había leído a la niña, Cecily era la adoración de Simon, y al parecer la adoración de la niña era su papá, no quería separarse de él, de la única persona que se dejaba peinar era de él, Simon había tenido que aprender a peinarla con tal de hacerla feliz, Max estaba a su lado leyendo un comic que Clary le había traído, Simon al principio pensó que Max se sentiría celoso de su hermana, pero al contrario, Cecily también era su adoración, Cecily era una niña curiosa además de bastante activa aprendió a caminar a con solo 8 meses y ya con un año decía varias palabras, incluyendo el nombre de sus familiares

-papá-dijo Max llamando su atención, Simon lo miró, el niño tenía cara de preocupación

-¿Qué pasa?-preguntó acariciándole el cabello

-escuché que otra vez me iban a hacer la prueba-Simon se mordió el labio, la prueba era lo que le hacían a Max para saber de qué especie era, querían saber si era nefilim o mundano, pues temían que si era mundano y pensaba que era nefilim, le colocarían la runa a los doce años convirtiéndolo en un repudiado, pero también tenían que saber si era nefilim para que ellos no tuvieran que hacer un ceremonia de ascensión que podría matarlo, desde que Max tenía 2 años, por cada año le tomaban una prueba de sangre, la sangre nunca le mostraba nada, cuando tenía 4 años lo sacaron al jardín el luna llena, pero nada pasó, no tenia marca de brujo, y no era enfermizo ni tenía señales de sangre de hada, así que las únicas respuestas que quedaban eran o era mundano o era nefilim

-sí-dijo Simon-sabes que es por tu bien-Max sabía que era adoptado, el niño nunca sintió rencor, siempre agradeció a sus padres adoptivos por haberlo salvado, ellos lo habían criado, para Max ellos eran sus verdaderos padres

-es que detesto tantas agujas-se acarició los brazos

-Hey-dijo Simon suavemente, dejó a Cecily sentada sobre el escritorio y cargó a Max en sus piernas-no debes temer, solo son unas pruebas-

-pero siempre me las hacen ¿Por qué no sale que es lo que soy y listo?-Simon lo abrazó, no sabía que responderle, y Max comprendía eso, para tener 7 años era bastante inteligente, Cecily estiró los bracitos hacia su hermano

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