Eternamente mía. (Parte 4)

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"¿Y era solo la imaginación lo que me conducía a creer que a medida que mí firmeza aumentaba, la de mi atormentador sufría una disminución proporcional?"

★    Capítulo IV: Ese mayordomo, propone.

Dejarme matar o acceder a morir ¡He ahí el dilema! Cualquiera alternativa terminaba con un espantoso [porque agradable no debía ser] deceso. Aguardé con la esperanza puesta en que [aunque fuese en conptra de su malévolo temperamento] él recapacitara y abandonara ese delirante sueño de querer poseerme, quizás que encontrara alguna víctima dispuesta a comprometerse al poner su firma en el letal contrato de vida y sangre pero... Nunca ocurrió, en cambio la afonía combinada con la intransigente mirada hizo que quisiera que ese maldito momento llegara a su fin.

Confieso que columbré en todas las direcciones buscando la respuesta a mí predicamento y allí me di cuenta de que en realidad había una tercera opción, la opción de acceder sin acceder. Me explico, para ese entonces no tenía ningún deseo relevante por cumplir, ni un solo anhelo, no había ningún chico que me gustase, mis padres me daban todo lo que necesitaba, estaba iniciando una carrera universitaria y no era precisamente fea, [aunque suene presuntuoso que yo misma lo diga] pero pese a mí carácter hostil muchos eran los muchachos que se aventuraban a conquistarme y todos fracasaban rotundamente por no ser lo que yo esperaba. Cómo sea, mí vida no era del todo mala exceptuando la convivencia con el resto de los humanos, por esa razón llegó a mí la retórica de: "Si por ahora no quiero nada ¿Cuánto podré prolongar mis tres deseos? ¿Habrá manera alguna de hacerlo?", no perdía nada con intentar así que cosas como el que avisara antes de actuar eran favorables para mí porque dejaban en claro que tenía un especial valor para él y por ende valía más respirando que tres metros bajo tierra.

— Y sí... - inicié y su mirada se fundió en la mía — ¿Y sí esperas un poco? - no había negación, al contrario, aceptaba que mí destino sería perecer en sus manos pero los términos eran los que me negaba a aceptar.-

— ¿A qué se refiere?

— Bueno... Si pido cosas absurdas que puedas cumplir en un día como "riqueza" o "poder" me comerás muy rápido por eso, quiero pensar que hacer para prolongar el tiempo.

Fui lo más sincera y objetiva posible, a lo que él respondió tomándose el mentón pensativo:

Fui lo más sincera y objetiva posible, a lo que él respondió tomándose el mentón pensativo:

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— Si lo pone de ese modo no tendría sentido solo devorarla. Jum...- amplió su sonrisa y continuó en un tono por debajo de lo habitual el cual casi que no pude captar con claridad — « Sería justo como con "él".»

¿Él? ¿Quién es "él"? Cómo en muchas otras veces no quise profundizar ya que no tenía la suficiente confianza [¿Algún día podría?] como para exigir una respuesta.

— Entonces, está bien. Esperaré.

¿En serio? ¿Tan fácil? Pensé que iban a salirle cuernos y colmillos y que me arrancaría la cabeza para jugar básquet con ella. Suspiré aliviada más aún:

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