Seelie

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Ya habían pasado las ocho, y como dijo la voz, el parque estaba totalmente cerrado.
Habían dejado tiendas para todos, aun que para Alec y Magnus había una sola.

Los chicos pusieron música y comenzaron a bailar y a molestarse entre ellos. Mientras tanto, Magnus miraba a Alec estar entre la pelota, pero el no se acercó, esos chicos no le caían bien, sentía que todos era muy hipócritas para su gusto, aun así, dejo a Alec divertirse un rato. No quería tenerlo solo para él, él merecía ser libre, ya que sus padres no le ponían atención, entonces que al menos tenga muchos amigos.

De repente notó como Sebastián le rozó todo el trasero, quiso irse le encima, pero mejor esperó a ver que hacía su novio.

Alec siguió un momento más y se fue para donde él, sentandosele en las piernas.

- Ese desgraciado.- susurró mientras lo acariciaba.- Sabe que yo estoy viendo.

- No le pongas atención Magnus.- dijo Alec, se arrecosto en su pecho.- Él solo quiere demostrar que eres celoso, ¿ y que logras con eso?, pues fácil.. creeran que seguro te soy infiel y por eso me celas. Además, ¿ viste ahorita?, Sebastián me tocó ¿ y que hice yo?, me vine para donde mi novio.... siempre lo haré.

- Lo se, garbancito, pero me enfurece, es un arrrastrado.

Alec giró los ojos, se levantó e hizo que Magnus lo siguiera. Cogió una manta y los llevó lejos de los demás.

- Siéntate.- le ordenó a Magnus, le obedeció. Estaban en medio de unos árboles, donde los demás no los miraban. Alec se sentó de nuevo sobre su regazo pero de frente a él.-¿ Estás incómodo?

- Creo que no.- dijo Magnus.-¿ Que estás planeando?.

Alec embistió con sus caderas las de Magnus, sacándole un suave gemido.- Quiero que sepas que yo te amo, no tienes por que celarme, te prometo que ni con una copia de ti te engañaria.

- Ya lo se, pero lo que me molesta es la gente.- le sonrio. Tocó las nalgas de Alec y se acercó a su oído.-¿ Por que no vamos a la tienda?,

Se levantaron y fueron a su tienda, la más alejada de las otras.- Tenemos que ser sigilosos.- pidió Alec.

Magnus se fue sobre Alec y lo puso en el piso de la tienda, comenzó a besar lo y se detuvo un momento entre su clavícula y el cuello, mordió y lavio hasta dejar una marca roja.
Feliz con su tarea, se dedicó a descender más hasta que no quedó ninguna prenda entre ambos, lo penetró y Alec hizo cambiar de posiciones para ser él quien comenzara las embestidas.

Magnus sólo puso sus brazos tras su nuca y se dedicó a ver la cara de Alec.- ¿ Sabes?, estaba pensando en pedirte algo.- dijo luego de unos minutos.

- Dime.- Alec bajó la intensidad, pero seguía el vaivén de sus caderas.

- Tenemos tres años de novios, tu me amas y yo te amo.- comenzo.- Además tu casi no vives bien en tu casa, ya casi salimos de la universidad, estaba pensando en decirte que te mudaras conmigo.

Alec se detuvo por completo, con emociones entre felicidad y miedo.- ¿ Estas seguro?, Magnus, ahí es donde empiezan las peleas...¿ y si no funciona?.

- Claro que funcionara.- Magnus los giro y el siguió.- Podemos trabajar, cada quien con su trabajo, o si queires no trabajas, compraremos nuentras porpias cosas, podemos irnos de viaje los fines de semana o podemos engordar con pan.

-Déjame pensarlo bien, ¿ si?- pidió entre gemidos. Magnus acelero los movimientos y aceptó.

Siguió mordiendo el cuerpo de Alec, arrancando le gemidos cada vez menos bajitos, agarró las piernas de Alec y las enrolló en sus caderas, dejando expuestas sus glúteos, las volvió a apretar una y otra vez diciendo que eran de él y solo de él. Ambos se vinieron y Magnus se quedó en el pecho de Alec.

Homicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora