Alec.

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Dejaron ahí mismo a Aldertree, Lydia estaba más paranoica que nunca y Alec se notaba muy distraído.

Magnus cubrió el cuerpo con unas ramas caídas y se devolvió para las tiendad, pronto caería una gran lluvia y nada que venían por ellos.

Se sentaron y se miraron las caras como si eso fuera a arreglar las cosas. Lydia se arrancaba las uñas con nerviosismo, esperando lo que fuera que estuviera por pasar.

Notaba una extraña actitud en Alec, sabía que algo le pasaba y necesitaba saberlo, aun que ya lo suponía, conocía a Alec mejor que a nadie

- Necesito ir... a hacer mis necesidades.- dijo Lydia. Se levantó y Magnus tmabien.

- Yo voy contigo, no vaya hacer que algo pase-. Lydia solo lo fulminó con la mirada y se fue caminando.

- Alec, no te muevas, ¿si, mi cielo?.- Magnus le dio un pequeño beso en la frente y se adentraron a los bosques. Pero no tan lejos, quería ver que iba hacer Alec.

Y como lo pensó, Alec buscó algo entre su ropa y miró a todos lados. Su corazón de aceleró con lo que eso podía significar.

Se fue con Lydia como si no hubiera visto nada y de repente sintió una mano con algo dentro, era como tela mojada en alcohol, miró a Lydia pero esta ni se dio cuenta. Dejó de moverse y se hizo el inconsiente, sabía que se trataba de Alec, ya desde hace rato venía notando algo raro en su comportamiento, le mintió cuando se desmayó al igual que cuando dijo que se sentía mareado, solo fue un chantaje para esconder lo que realmente pasaba.

Por que si, Alec los tenía ahí a todos, y no lo juzgaba después de todo lo que le pasó, no era para menos, una vez el mismo pensó hacer lo mismo. Le dolía mucho ver cuando Alec se rompía a llorar, diciendo que él solo quiso ser normal, tener unos papás y una hermana que no lo apartaran.... pero por culpa de niños tontos eso cambió, él tuvo que ser fuerte y ponerse la pantalla de chico perfecto cuando no lo era, en realidad no existe la perfección, solo es una máscara para esconder una gran mentira dolorosa.

Alec acostó a Magnus con delicadeza, mientras el procuraba no hacer nada, quería estar completamente seguro que Alec era el desquiciado que había matado a los otros.

- Volveré por ti Magnus.- susurró en su oído. Magnus se estremeció pero no abrió los ojos.- Yo se que tu me entenderás..... te amo.

Definitivamente era Alec, sin embargo, no pudo moverse, era como si el alcohol de la tela logró penetrar en su nariz. Intentó moverse pero no lo logró, así que miró desde lejos como Alec derrumbaba a Lydia y la inmovilizaba.

Intentó escuchar lo que le decía.
.......

Alec estaba sobre Lydia mientras sonreía divertido viendo su cara de pánico.

- Hola pequeña.- dijo con odio.- ¿ Hoy no se te ocurre algún plan para quitarme del camino?.

- Estas demente, ¿porque haces esto?, yo no te he hecho nada-. Lydia se sacudió pero no logró mucho.- ¡ Alejate de mi, Alexander !

- ¿O si no?- de burló apretando más su agarre.

- ¡ Magnus!- comenzó a gritar Lydia una y otra vez. Entonces Alec se movió para que ella logrará ver su cuerpo desmayado.- ¡¿ Como pudiste hacerle eso a Magnus?!, el te amaba, estas loco... aléjate... aléjate.

- Esta bien.- sonrio malicioso.- Pero antes, déjame te pongo algo de base en la cara.- Alec soltó un polvo que al caer en la piel causaban fuertes erupciones y ardían mucho, Lydia gritó pero el no la dejó terminar. Amarró un pedazo de tela en su boca para que se callara.

Homicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora