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3 años después.

Alec había pensado seriamente en hablarle a su papá después de que les ayudo, pero sentía algo extraño, como si fueran a agarralo, así que decidió que seguiría huyendo.

Ya comenzaba a aburrirse de esa vida, pero no aceptaba estar encerrado y separado de Magnus.

Después de tanto tiempo ya no les remordia robarle a hombres desgraciados, en realidad les daba mucha risa ver los sufrir un poco. Tenían mucho dinero y muchos departamentos por si necesitaban huir.

Todo el mundo los conocía en redes sociales, pues  se dieron cuenta que ellos eran quienes donaban dinero a lugares que lo necesitaba, desde ese entonces muchos usuarios en todos lados los apoyaron, los llamaron los angeles caídos. Y más por que ellos habían asegurado algunos barrios donde se encontraban más niños.

....

- Magnus.- gritó Alec desde la cocina.- Se nos hace tarde.

Habían quedado en ir a un pequeño restaurante, ya se habían asegurado de verse diferentes. Tantos años de práctica ya los había hecho profesionales.

Llevaban el cabello teñido con un tinte artificial, que salía fácilmente con agua, y una ropa poco llamativa.

- Ya voy Garbancito, solo me pongo un sueter y listo.- dijo desde la habitación.

Alec cerró las cortinas y se dirigió a la sala, donde ya lo esperaba Magnus, su corazón de aceleró como de costumbre, jamas podría dejar de sentir mucho amor por él.

- Te ves hermoso Magnus.- diji anhelante. Recoraba la primera vez que lo vio, solo tenía diecisiete años y ahora veinticinco.

- ¿ Que pasa?.- dijo Magnus.-¿ Te sientes bien?.

- Claro.- se tiró a abrazarlo y se quedó pegado a Magnus.- solo pensando en lo rápido que pasa la vida.

- Mucho, aveces deseo que fuéramos inmortales.... asi nunca te dejaría.- sonrio Magnus, bajó la mano que tenía en su cintura y apretó un glúteo.-  Me encantas.... sabes, si no quieres ir podemos quedarnos aquí.

- No, no, vamos.- dijo con ganas.- Nunca salimos, aprovechemos de tener una cita hoy.

- Tu mandas.- Magnus jaló las caderas de Alec y le dio un beso con amor.
...

El lugar donde fueron eran pequeño, parecía más bien una soda, pero ya era algo diferente, no lo mismo de siempre... y no es que se quejara, es que quería lo mejor para su novio.

Pidieron su comida y una hora después se alistaban para salir, pero entonces miraron policías llegar al lugar, eran tres.

- Creo que hay puerta trasera.- dijo Magnus al ver la cara de pánico de Alec, este nego.

- No, no hay.- comenzaba a ponerse pálido cuando los policías entraron. Pero no les pusieron atención, pasaron directamente a pedir una orden. Superaron aliviados y se levantaron sin llamar la atención.

Magnus cruzó un brazo al rededor de la cintura de Alec. Abrieron la puerta del lugar y sin querer chocaron con alguien... alguien que les puso los pelos de punta.

- Oh, disculpen jóvenes.- dijo el oficial con una risista tonta, entonces reparó en ambos y abrió los ojos.- Ellos son MALEC.-grito a los otros oficiales, ninguno entendió a que se refería y no querían averiguarlo.

Alec se echó para adelante en un movimiento brusco e hizo a un lado al policía, agarró la mano de Magnus y los hizo correr en medio de la gente.

Escucharon a dos oficiales venir tras ellos mientras que los otros venían en la patrulla, sin embargo no los alcanzaron.

Llegaron a al pequeño apartamento y se encerraron.

Homicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora