Una nueva vida.

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Dos años después.

Magnus y Alec había encontrado una nueva vida, complicada, pues estaban acostumbrados a tener dinero de parte de sus padres, y en algún punto tuvieron que trabajar duro para conseguir comida y lo que necesitaban.

No duraban en un apartamento mucho tiempo, pues eren perseguidos constantemente, sin embargo, habían notado que en los barrios bajos o pobres no llegaba la policía e incluso no los reconocían. Así que ese era siempre su paradero, hasta que Alec hizo algo por los dos.

Uso su inteligencia, su belleza y su astucia , para robarle a un millonario, pero ojo, lo buscó por semanas, no quería que fuera un hombre con una gran familia o un hombre bueno, buscó a uno sucio, de los que compraban niños y niñas en los bares.... alguien malo.

Alec lo sedujo y el hombre fue un gran tonto, se bebió lo que le dio y cayó dormido. Robó mucho dinero ese día, pero no tanto como para dejarlo en la calle.

Donaron casi la mitad del dinero a escuelas pobres y a institutos de ancianos. Y luego se hizo costumbre, todo en algún momento se vuelve costumbre.
....

Alec estaba sentado sobre las piernas de Magnus mientras miraban una película en una pequeña pantalla.

-¿ Ya dejaste el dinero en la escuela de aquí cerca?- susurró Magnus en su oído.

- Así es.- Alec se volvió hacía el, para mirarlo bien.- Hubieras visto como se pusieron los niños cuando miraron todos los juguetes que compre.

- Me imagino.- dijo con una sonrisa triste.- Que lastima que tengamos que robarle a alguien más.

- No sientas remordimientos.- se quejó Alec.- El abusaba de niños como ellos, se merecía ese castigo, ¿ y que mejor que donar cosas a las escuelas?.

- De verdad estas demente.- se río Magnus, metió su cara entre el cuello y el hombro de Alec y se quedó respirando lentamente.- Que lástima que tengamos que vivir así.

- Magnus.- llamó Alec.- ¿ Tu te arrepientes de estar conmigo?, sabes que puedes irte, yo te dejaría... no te quiero tener amarrado a la vida que llevamos... yo puedo resistirlo solo.- eso era una completa mentira, pero si Magnus quería irse el no se opondría.

- No mi Garbancito.- Magnus tomó la cara de Alec entre sus manos y lo besó tiernamente.- No me arrepiento, sabes que te amo muchísimo, solo... me hubiera gustado que nada hubiera pasado.

- Gracias Magnus, ¿ ya te he dicho que eres la persona más improtante para mi?- susurró meloso. Lo abrazó fuerte.

- No las suficientes.- se río Magnus.- Y no merece una recompensa, ¿ o si?.

- ¡ Magnus!- se quejo Alec cuando su novio comenzó a hacerle cosquillas, intentó bajarse de su regazo, pero solo cayó acostado sobre el suelo. Magnus se subió sobre él y siguió con su juego.

- Ya que me acuerdo- dijo Magnus, dejándolo en paz. Alec había enrrollado sus pienas en las caderas de Magnus y así se había quedado. Magnus se sentó pero el no se despegó, lo miro desde el suelo.- Tengo a nuestras siguentes víctimas.

-¿ Quiénes son?- preguntó emocinado.

- El Doctor Henry Branwell.- dijo burlon.- Y les ayudaremos a los niños Blackthorn, escuché que son muchos y sus papás murieron resientemente.

- No se diga más.- Alec se incorporó pero Magnus volvió a dejarlo sobre el suelo.

- Crees que te irás tan fácilmente.- Inmovilizó a Alec y subió lentamente hasta besarlo desesperadamente.

- Claro que no.- se giró para quedar sobre Magnus, se quitó la camisa y comenzó un suave baile sobre sus caderas.

- Que manía la tuya de hacer eso.- dijo Magnus con las manos en la cintura de Alec.

Homicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora