[CAPÍTULO EXTRA]

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Bueno, se preguntarán cómo llegué a gobernar un reino grande y con mucho potencial, solo que el antiguo rey no hacía nada.

Se los explicaré.

Soy hijo de Bael, el primer rey del infierno. En realidad uno de sus muchos hijos, originalmente no tenía nombre, pero un día papá me concedió ir al mundo de los humanos, solo era un niño sin control alguno, porque vamos, solo tenía ciento cuarenta y ocho años.

Mientras iba caminando e incendiando algunos campos con cosechas, me encontré a una muchacha en el canto de un río. No dudé en acercarme, se veía que tenía la misma edad que mi aspecto humano, además de que su cabello rojizo y ojos azules me hipnotizaron por completo.

— Hola. — sonrió.

— ¿Qué estás haciendo?. — me senté lejos de ella.

— Una corona de flores, es para mi mami y esta — alzó una corona pequeña hechas con pequeñas flores blancas — es para mí, ¿te gusta?. — asentí.

— Papá tiene una corona, pero no de flores.

— ¿Eres un príncipe?¿Quieres ser mi príncipe?. — se sonrojó hasta las orejas, era muy gracioso.

— No y no lo sé.

— Pero tu padre tiene una corona y eso significa que es rey, así que que eso te convierte en un príncipe ¿Cuál es tu nombre?.

— En realidad no tengo uno.

— En ese caso te llamaras Heinrich, así se llamaba un guerrero muy bueno pero hacer poco falleció por una extraña enfermedad. Ven, vamos al castillo, debes tomar una ducha y cambiarte, de seguro a tu madre no le gustará verte así de sucio. — se levantó y yo hice lo mismo.

— Yo no tengo madre. — respondí luego de unos segundos.

— Oh lo siento. — me abrazó, me tomó por sorpresa.

No creí que haría eso considerando que estaba sucio y el vestido que tenía se veía muy limpio, hasta ahora.

— Princesa Amanda, ¿Quién la acompaña?. — un hombre con armadura se acercó a nosotros y retrocedí.

— Tranquilo, él me cuida. — volteó a verlo. — Es Heinrich, un príncipe de un reino lejano. Volvamos al castillo, le daremos posada.

— Sí, mi princesa. — agachó la cabeza.

— Vamos, Heinrich. Iremos a casa. — me tomó de la mano y caminó junto a mí.

Me guió hacia un carruaje y subimos, aún no entendía la amabilidad de Amanda.

— No hablas mucho, ¿Por qué?.

— Hablaré cuando sea necesario. — asintió y miró por la ventana, su mano no abandonó la mía en ningún momento.

Luego de unos minutos, comencé a sentirme cansado, era raro porque se suponía que no tendría los mismos problemas que los humanos.

— Te encantará el castillo, es enorme y el jardín es hermoso. — sus ojos se iluminaron. — Primero las doncellas te ayudarán a asearte y cambiarte, luego iremos con mamá y papá a presentarte oficialmente para que puedas quedarte, también quiero presentarte a mi hermano mayor, puedes practicar el buen manejo de una espada con él, espero que se lleven bien, ya sabes, eres muy callado y él... — dejé de prestarle atención y miré por la ventana el paisaje mientras ella aún hablaba.

Cerré los ojos e inhalé profundo, cuando los abrí el carruaje iba demasiado lento y Amanda sonreía.

Inspeccioné su rostro y sonreí, era sin duda hermosa. Besé su mejilla y sentí algo en mi pecho, algo que tendría que ser solo obra y gracia de padre.

「𝙆𝙞𝙣𝙜 𝙎𝙩𝙮𝙡𝙚𝙨」©ミ 𝙇𝙖𝙧𝙧𝙮 𝙎𝙩𝙮𝙡𝙞𝙣𝙨𝙤𝙣 (𝙎𝙞𝙣 𝙚𝙙𝙞𝙩𝙖𝙧)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora