El lunes completo había pasado y Hermione cada minuto se convencía más de que ganaría el juego, aunque Draco aún tenía 24 horas para cumplir pero sabía que no lo haría, cada vez que miraba al rubio a lo lejos este desviaba su camino con tal de no toparse de frente a su compañera de juego.
El martes por la mañana el rubio no se presentó al desayuno ni a las primeras dos clases, llegando tarde a la tercera clase del día, Snape no le dijo nada, como siempre lo dejaba hacer lo que quisiera.
Mientras la Gryffindor estaba segura que ganaría el rubio planeaba como usar el reto que le había sido impuesto en contra de la castaña, no le causaba tanta repulsión como antes pero tampoco deseaba besarla, así que si el sufría con ese reto encontraría la forma de que ella también lo hiciera.
La hora del almuerzo llegó y la castaña nuevamente notó que el Slytherin no estaba en su sitio, le quedaban solo 9 horas para perder; Hermione se concentró en su comida, quería terminar rápido para tener tiempo de adelantar tareas antes de su siguiente clase, los murmullos extraños la hicieron levantar la mirada, Draco había entrado al gran comedor y había ido directo a la mesa de Gryffindor con las miradas de la mayoría sobre él, no se veía feliz así que Hermione dedujo que estaba a punto de rendirse.
—Granger acompáñame —exigió pero ella no se movió —necesitamos hablar.
—Claro —se dirigió al rubio —tenemos asuntos pendientes —le explicó a sus compañeros.
La castaña rodeó la mesa para llegar hasta donde el rubio la esperaba, le pasó por un lado pensado en que saldrían del gran comedor, sin embargo él la detuvo pasando el brazo por su cintura, la hizo girar en un movimiento rápido y acercándola todo lo posible a él, la beso, como nunca había sentido que la besaban, era un beso lleno de desesperación, mismo que ella no respondió, sin embargo cuando el deslizó si lengua dentro de su boca ella no pudo evitar soltar un gemido de placer mismo que por suerte fue silencia con los labios del rubio, sintió las piernas temblar y justo en ese momento estaba más arrepentida que nunca por esa tonta decisión de retarlo a hacer tal cosa.
—La cara de tus amigos en este momento vale por completo el ridículo que acabo de hacer —le susurro el al separarse de sus labios —quisiera saber cómo explicaras esto.
Draco se dio media vuelta y se alejó, el silencio que se había formado en el comedor se rompió por los silbidos y gritos de los alumnos después de ver tremendo beso, sobre todo por las dos personas que lo habían protagonizado.
—Mione —la llamo Harry al ver que su amiga seguía inmóvil con el rostro tan rojo como un tomate.
—No —gritó ella —no puedo explicar lo que acaba de pasar así que agradecería que no hagan preguntas que no puedo responder.
Dicho esto salió a toda prisa del gran comedor, faltando al resto de sus clases del día, pero sabía que a las rondas no podía faltar, era la encargada de ver que los prefectos asistieran a sus rondas, así que fue hasta entonces que salió de su escondite en la biblioteca.
Llegó a la sala de prefectos y ahí estaba ya todos esperando por ella, sentía las miradas penetrantes de todos, todos se encontraban a la expectativa de ver qué pasaría con el rubio que tenía una sonrisa triunfal en el rostro y la castaña que parecía seguir avergonzada. Ella se limitó a pasar lista y pedirles que comenzaran con las rondas, quedándose a solas con el otro premio anual.
— ¿Lista para seguir con lo que dejamos comenzado? —preguntó el Slytherin.
— ¿Que? —parecía apenada y confundida.
—Verdad o reto —Draco le ofreció su mano.
— ¡Oh sí! El juego — ella tomó la mano del rubio.
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¿VERDAD O RETO?
FanfictionEn esta historia nos encontramos a Hermione y Draco nombrados premios anuales, con un acuerdo silencioso han dejado de llevarse como perros y gatos para poder cumplir con las responsabilidades que este premio conlleva. El Slytherin se proclamado com...