Terminemos con esto

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Con los zapatos mojados y algo cansados tanto el rubio como la castaña regresaban a la sala de prefectos, había logrado atender la emergencia para la que la profesora MacConagall había pedido ayuda, que si a Draco se lo preguntaban era una tontería, algo tan simple como Pevees inundando todo el quinto piso después de tapar las tuberías del baño de prefectos, según el rubio pudieron haberlo resuelto los profesores y a ellos haberlos dejado jugando tranquilos.

— ¿Podemos seguir con el juego ahora? —Cuestionó él, ella estaba a punto de negarse pero un susurro la detuvo —por favor.

La Gryffindor apenas había logrado escuchar aquellas dos últimas palabras, pero habían sido suficientes para que accediera a continuar con el juego justo en ese momento, era la primera vez que escucha al rubio pedir algo por favor así que no podía dejar pasar la ocasión.

Al llegar a la sala ambos se fueron directo al sofá sentándose uno al lado del otro; el Slytherin haciendo uso de aquella amabilidad que no sabía que tenía agitó su varita lanzado un hechizo para secar los zapatos de la chica y después los de él, sin perder el tiempo se dieron la mano para después Draco lanzar su pregunta donde la chica eligió verdad.

— ¿Se podría decir que en estos momentos estas enamorada? —cuestionó él sin dudarlo.

En cambio a ella le tomó varios minutos encontrar una respuesta, después de escuchar la pregunta la imagen del rubio sonriendo había llegado a su mente, no, no podía estar enamorada del hurón que tenía junto a ella, apenas tenía un par de semanas conviviendo con él, no habían tenido una conversación decente, no compartían nada, no tenían nada en común; lo único que tenía en mente era esa estúpida y perfecta sonrisa, esa que el ciclo escolar pasado ella no tenía idea de que existía.

—No, no estoy enamorada —respondió muy segura, a Draco casi se le borraba la sonrisa cuando lo notó, ella mentía, le señaló la pulsera y ella hizo un berrinche —No lo sé, no sé si estoy enamorada, mi lado lógico me dice que no... No puedo estar enamorada de alguien que apenas estoy conociendo, no puedo estar enamorada de alguien que no me quiere, pero esta estúpida pulsera está negando lo que es lógico.

El juego siguió pues después de ese discurso la pulsera había perdido su brillo verde, Hermione lanzó la pregunta y Draco eligió verdad, no se podía arriesgar a que lo retratan a mostrar la lista que había hecho.

— ¿Estás enamorado? —le regresó la pregunta.

El rubio levantó la mano para dejar la pulsera a la altura de su visón.

—Si —fue lo único que dijo y la pulsera volvió a ser negra —vaya, tantos días tratando de convencerme que no era así y esta porquería dice que si estoy enamorado, tendré que creerle.

Sin más comentarios el juego siguió, pasaron tomados de las manos por casi cinco minutos y la castaña no se podía decidir, si elegía verdad seguro él le preguntaría por ese posible enamoramiento, y si elegía reto existía la posibilidad de que él le pidiera que le mostrará su lista, cualquiera de las dos opciones la dejaría en evidencia, "¿porque demonios me enrede en este infantil juego?" Pensó justo antes de elegir reto.

—Te reto a abrazarme por un minuto entero —ya no quería hacerla perder, ahora solo quería aprovechar esos momentos junto a ella, tal vez mañana ella habría decido no hablarle nunca más.

Hermione levantó una ceja y formó una pequeña mueca, eso era algo que definitivamente no se hubiera imaginado nunca que Draco le pediría; tratado de no perder el tiempo se acercó más a él que estaba recostado en el respaldo del sillón y se abrazó a él, dejando que su cabeza descansara en el pecho del rubio. Fue un abrazo que duró más del tiempo requerido, la pulsera había dejado de brillar hacia un rato indicando que se había cumplido el reto pero Draco que se había dado cuenta no la quiso apartar de él.

¿VERDAD O RETO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora