¿Puedes Escucharme?

Capítulo 7

Yo no sabía dónde meter mi cabeza en ese momento al verla expectante por una respuesta de mi parte. Una respuesta que no llegaría.

No una verbal, por lo menos.

Lo único que se me ocurrió en mi momento de idiotez–el cual estaba empezando a ser muy recurrente–fue encogerme levemente de hombros y dedicarle una sonrisa ladina mientras rascaba mi nuca en gesto nervioso. Ella lo notó.

—Parece que no hablas mucho. —Musitó ladeando la cabeza un poco, en gesto pensativo, cosa que la hizo ver aún más adorable. Pronto su sonrisa hizo acto de aparición nuevamente y solo pude quedármele viendo embobado como un idiota. —Y también parece que eres del instituto, porque de otra manera no estarías aquí, ¿o me equivoco?

Diablos, sí que es astuta.

—Ya decía yo esta tarde que te me hacías conocido de alguna parte. —Continuó sin que obviamente yo intentara replicar.

¿Y ahora como escapo de esta?

Pero parece que mis plegarias que de alguien viniera a rescatarme fueron escuchadas, puesto que sentí un brazo alrededor de mis hombros seguido de una voz que yo ya conocía.

— ¡Hermano, te he estado buscando por todas partes! —Me zarandeó ligeramente y me encogí de hombros en un gesto de fingida indiferencia. Paulette alternaba la mirada entre nosotros como intentando recordarnos.

—Cody Thompson, ¿no? —Preguntó ella en dirección a mi amigo, señalándolo con su dedo índice. Vi por el rabillo del ojo como Cody asentía con una sonrisa.

—El mismo. —Afirmó con suficiencia a lo que yo solo puse los ojos en blanco y salí del agarre de su brazo para poner cierta distancia. — ¿Cómo me conoces?

—Por mi mejor amiga, Elizabeth Britt. —Respondió con una pizca de diversión en su sonrisa. Y en ese momento una rubia bastante eufórica hizo acto de aparición como si hubiera sido invocada.

— ¿Qué sucede conmigo, Pau? —Preguntó su amiga tontamente. Se le notaba que había abusado un poco de la bebida, y lo que me sorprendió fue que no debían de ser ni las diez de la noche y ella ya estaba borracha, aunque pude ver cómo le sonreía coquetamente a Cody.

Y él sin dudarlo se la devolvió. Era esa sonrisa que indicaba que le gustaba lo que veía, y si no lo frenaba a tiempo se iría con la amiga de Paulette y me dejaría solo con ella nuevamente; cosa que no podía dejar que pasara. Le di un disimulado codazo a Cody en las costillas, cosa que lo hizo reaccionar rápidamente y a mí poner los ojos en blanco. Él captó de inmediato.

—Fue un gusto, nenas, pero ya tenemos que irnos. —Anunció Cody con su mejor sonrisa, cosa que hiso que Elizabeth Britt sonriera más ampliamente y que Paulette solo negara divertida.

Les sonreí levemente para luego tomar a Cody del codo y empezar a arrastrarlo lejos de allí antes de que se le fuera encima a la amiga de Paulette. Un llamado de la castaña ya mencionada hizo que mirara por encima de mi hombro de forma interrogante sin dejar de avanzar.

— ¡No me dijiste tu nombre!

No pretendía decírselo–no es como que pudiera–pero mi amigo rubio decidió por mi antes de poder detenerlo.

— ¡Es Thaiel Harrison!

Joder.