4. "Hueco".

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"Aquel que toma el riesgo de amar, debe tomar el riego de odiar".
🍊



Y déjeme ser sincero con usted senpai.

Cuando Akatsuki estaba en sus comienzos, yo honestamente, iba a usarlos a todos como peones, además, el enorme potencial de cada uno y ciertas inmortalidades de otros, me sobraban para el plan que llevaría a cabo.

Zetsu siempre estuvo conmigo, por lo que él me ayudó a integrarlos a todos, a medida que se iban sumando, sí, tenía un aspecto raramente interesante pero no era la gran cosa.

En la Aldea de la Roca, un adolescente rebelde amante de las explosiones. Realmente no sabía si servía tener a un mocoso de ese tipo aquí, necesitaba personas serias no a un niño impulsivo; aún así, mandé a buscarte.

De acuerdo con el conocimiento que tenía sobre ti hasta ese momento, supe de inmediato que debía emparejarte con Sasori -una de las peores decisiones que tomé en mi vida- él, un marionetista con un concepto del arte basado en lo eterno y tú, un escultor capaz de hacer figuras explosivas y con un concepto del arte efímero. En resumen, que tengas un mentor que te contenga de idioteces.

Hasta en ese entonces, no tenía otra cosa en mente que no sea Rin; la única luz de mi vida. Y tú, solo eras un señuelo.

Honestamente no estaba en mis planes presentarme como "miembro" de Akatsuki, yo tenía que supervisarlos desde la oscuridad y ver si cumplían mi trabajo.
La muerte de Sasori fue todo un contratiempo para varias cosas, pues había un hueco que llenar, al tener un miembro menos, la captura de las bestias con colas se retrasaría dado a que, tú estabas solo.

Senpai, yo nunca debí ser su compañero.

Tenía una imagen, no, más bien, un perfil hacer a de ti, lo único bueno que supe al instante es que tendríamos una buena combinación a la hora del combate.

Recuerdo haberte visto, fue exactamente la misma sensación y calidez que con Rin, y supe, que tú serías mi sol, mi nuevo comienzo, la nueva luz de mi vida.

Pero esa sensación duró lo que duran sus explosiones, fue un amor fugaz. No pude detenerte, y de nuevo, no pude decir mis sentimientos.

Para cuando me di cuenta de todo, ya era tarde, pues tú ya estabas brillando más que miles de soles, estabas logrando tu objetivo y a la vez, hiciste que cambie de opinión y te odie por eso.

Quería decirte, que escuché tu disculpa, –"Lo siento, Tobi".–
Pero el que realmente debe disculparse soy yo, por dudar de ti y de tu constancia por esforzarte en que vean tu arte, y lo peor -si es que puede haber algo peor en esto- es que tarde en darme cuenta de todo, Senpai.

¿Recuerda aquel día, en el campo de flores amarillas? Fue el mismo día que capturamos al Sanbi.

–Mire este lugar, Deidara-Senpai!

–Esto... es increíble, hm

Lo que dije esa vez, lo tengo presente siempre, porque es el único sueño y la única meta que tenía contigo.

Senpai, sé que pronto lo volveré a ver, solo que, ya no seré como Tobi, pero por ti, actuaría como idiota, con tal de volver a ver aquella sonrisa, que llenó el hueco de mi corazón.

Flores Amarillas | TobiDei | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora