cambiaste (2/2)

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Desde la puerta del baño pude escuchar que mi padre estaba hablando con alguien en el salón.


–¿Quién es el loco que viene a estas horas? -Solo voy a asomarme un poco para ver quién es.– Ah, es nita - ¡¿NITA?!.


¿Porque vino tan temprano? Ahh mierda, no tengo tiempo para pensarlo, tengo que irme a cambiar rápido. 


Leon fue a un paso apresurado hacia su habitación, tirando la toalla que tenía puesta para buscar entre sus cajones algo que le quedará bueno.


–Solo un buzo y poleron, algo sencillo -terminando de vestirse, solo le faltaba amarrarse las zapatillas ¿Nada complicado verdad? Solo que algo, o más bien alguien hizo que levantará su vista.

–Hola leon, pensé que estarías durmiendo -como me gustaría ser despertado por tí, en otra ocasión será.


–La verdad estaba despierto de hace un rato, no pude dormir nada en la noche -no es necesario mentirle a ella.

–¿Y eso porque? -Sé fue acercando hasta quedar sentada junto al otro en la cama.



–Solo estoy un poco nervioso. Por ir a una universidad, cambiarme de casa y sobretodo...


–¿Sobretodo? -no me hagas decirlo.




–Estar... - ¿Porque me pasa esto? Siento el típico nudo en la garganta.


–¿Estar lejos de tu padre?

–...


–Si -Muy bien, me siento estúpido.


–Tranquilo hombre, solo será por un par de años, después puedes volver. Claro, si es que tu padre te deja jaja. -sentí como pasaba su brazo por alrededor mío, acercándome lo suficiente a ella, llegando a oler su perfume.


Dulce



Joder, es una maldita tentación a la que no me podré resistir.


–Oye nita, me gustaría darte algo antes de que nos vayamos  -me separé un poco para poder contemplarla .–Pero tienes que cerrar los ojos.

–¿Me prometes que no será ninguna broma?

–Te lo prometo.


Le hizo caso, cerro sus ojos para esperar aquella "sorpresa", aunque la espera la estaba matando, león se estaba tomando su tiempo.


–¿Porque te demoras tanto?


–Perdón, pero es la primera vez que hago esto.



No lo entiendo ¿La primera vez de qué?


No aguantó la curiosidad, abriendo un poco sus ojos pudo notar que leon se estaba cada vez más cerca de su rostro.


No le dio tiempo a reaccionar, solo sintió una leve presión en sus labios.

Un pequeño beso inocente, no tuvo que durar mucho para que ambos se quedarán en un silencio incómodo, mirándose mutuamente con el latido de sus corazones a mil.



Se hubieran quedado así un largo tiempo de no ser por una voz que los llamaba desde la entrada de la casa.

–¡LLEGÓ EL CAMIÓN! ¡Vengan a ayudarme!















































Tú me descontrolasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora