Minis Historias || _____ X Lectora || Concluida.

✯𝑲𝒂𝒕𝒔𝒖𝒌𝒊 𝑩𝒂𝒌𝒖𝒈𝒐𝒖✯

«𝐾𝑎𝑡𝑠𝑢𝑘𝑖 𝐵𝑎𝑘𝑢𝑔𝑜𝑢 𝑥 𝑟𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟»

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❁•—•❄︎❀ 𝐶𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠 ❀❄︎•—•❁

Todos alguna vez en nuestras cortas vidas hemos escuchado la frase, los polos opuesto se atraen, aunque es una simple expresión para las parejas con pequeñas diferencias en la vida del joven Bakugou es un hecho.

— vamos Kacchan, será divertido — pide el joven peli verde mirando a su viejo amigo el cual si bien mejoro su trato hacia este seguía siendo un gruñón.

— ¿por qué gastaría mi tiempo en un café con los extras de tus amigos? — se queja en voz alta sin levantar demasiado la voz — ¡vete a la mierdª Deku!

   Un suspiro se apoderó de los labios del de menor estatura — solo queríamos que celebrar tu triunfo, al igual que el de Todoroki-kun.

— ¡hey!, ¡mitad y mitad! — le llama el de ojos color rubí mientras observaba al heterocromático girar su rostro para prestarle atención — ¿piensas ir con estos extras? — con su pulgar señala el cuerpo de sus compañeros.

— si, aún no quiero ir con el viejo — con serenidad devuelve su rostro a sus pertenencias acabando de guardar estas en su maleta de cuero.

— tsk, ya que — suspira con desinterés para levantarse tomando su bolso viendo la gran sonrisa del pecoso — ¡pero tu pagas todo lo mío Deku!

— ¡Hai! — sonriente el peli verde comienza a avanzar junto al pequeño grupo de adolescentes para sus habitaciones — nos vemos en media hora aquí mismo — hablo un vez ingresaron a la sala de descanzo.

    Ser una heroina profesional era el sueño más grande de su vida, pero la rueda de la fortuna le dio bastantes malas rondas, pero, aún así nunca borro su sonrisa para seguir luchando, siendo humilde. Pero siendo su propia heroina ayudando como ella pueda.

— aún no puedo creer que Rosse enfermara ahora, Hayato, porfavor, comportarte — con su mirada puesta en la del oji azul súplica.

— lo lamento Oka-san — el pequeño infante de tan solo tres años de vida baja su mirada con culpa.

— hey, tranquilo — la joven madre de tan sólo dieciséis años toca la nariz de su amado hijo que en sus brazos se encontraba — no es tu culpa, sabes, mientras estoy trabajando, puedes servirte un pedazo de torta — le sonrie con amabilidad observando al pequeño.

    Con una sonrisa que cautivo a la azabache asiente dando dos aplausos con sus pequeñas manitas — ¡si quiero!

— entonces, vamos allá — sonrie con ternura para ambos ir al gran local donde la madre trabajaba luego de sus estudios.

     Luego de darle indicaciones al menor lo sento muy cerca del recibidor para estar más al pendiente de este, luego de colocar su delantal e informar su llegada comienza con su labor, con una sonrisa saludaba a los clientes más frecuentes analizando las caras nuevas con una alegre sonrisa.