Día 7

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“Oh, no lo recuerdas, tú mismo escribiste la fecha en que fuiste despetrificado

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“Oh, no lo recuerdas, tú mismo escribiste la fecha en que fuiste despetrificado. Al lado de la cueva de los milagros... Justo después de despertar, Senku-chan”

Pese a que las palabras que vinieron después de eso eran, de alguna manera, más significativas e íntimas, Senku no podía evitar sonreír al recordar tal embrollo en el que probablemente se había metido aquel mentalista para descifrar algo tan insignificante como su fecha de cumpleaños. Definitivamente era extraño, aquel gesto no era algo que cualquier persona haría por alguien que era prácticamente un desconocido.

Su alianza superficial había evolucionado a una amistad, una amistad que cada vez, poco a poco, comenzaba a volverse más íntima, especial. Y para nadie era un secreto que, bajo esa amistad, yacía algo más, algo que crecía con el pasar de los años y que había comenzado aquel día en el observatorio.

Senku sonrió una vez su mirada divisó la aldea a la lejanía. Estaba de vuelta en casa. Porque tal vez no era exactamente en dónde había vivido toda su vida, pero si era en dónde todo comenzó y, especialmente, ahí se encontraba el laboratorio, la choza de materiales y, por supuesto, el observatorio.

Hubo lágrimas de felicidad y varios abrazos, al final habían invitado a Stanley y Xeno a acompañarles, pero estos se negaron explicando que querían reponer todo el tiempo perdido entre la persecución y el como sus oscuros objetivos les habían cegado todo aquel tiempo.

Luna, Max, Carlos y Chelsea sí que les acompañaban. Al final las barreras del lenguaje no les impidieron a Kohaku y Luna desarrollar un romance basado en las caricias y horribles dibujos como manera de comunicarse. No necesitaban un traductor, estaban conformes con su simplista manera de amarse sin la necesidad de las palabras. Aunque claro, ambas se esforzaban por aprender el idioma ajeno. Max y Carlos se negaban a abandonarla, estaban felices por su decisión. Y bueno, resultó que Chelsea se había terminado de encariñar con Gen y al momento de subir al barco ella se prendió de su pierna, negandose a quedarse en América.

Y todos habían sido maravillosamente recibidos, Kokuyo y Ruri amaron a Luna, y Chelsea había salido a explorar en compañía de Suika, Mirai, Namari y Ukyo.

Todo era maravilloso ahora que habían terminado con todo, ahora que podían volver a observar a aquellas golondrinas volar por el cielo, y a todas las familias reuniéndose.

Ryusui fue a reunirse con su padre para demostrarle todo lo que había logrado con su enorme ambición. Yuzuriha había salido en compañía de Taiju a visitar a sus padres y, de paso, presentar al grandulón como su pareja formal. 

Asimismo todos se encargaban de guiar a las personas que aún tenían dudas sobre que había ocurrido mientras Ruri y Minami les contaban la historia de tantos años de trabajo.

Poco a poco todo comenzaría a volver y los edificios volverían a levantarse...

—Ya vuelvo —Le avisó a Chrome quien, en su caso, tan solo un día antes por fin le había declarado su amor a Ruri.

SenGen Week 2020 - Dr. STONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora