SOUTA.
Todavía no acababa de desempacar mis cosas, las cuales, por cierto, no eran muchas. Cuando oí a alguien llamar a la puerta.
Habían asignado una cabaña por cada grupo de a 4 personas, pero había una cabaña más pequeña, pero a pesar de que a los ojos de todos parecía abandonada y tenebrosa, a mí me parecía de lo más acogedora. Así que, al verse así, y sólo tener una cama, sólo podía dormir una persona allí. Al parecer a la vista de los demás chicos y chicas, no resultaba nada tentador, pero a mí me pareció que ese sería mi rincón especial en las semanas que estaría aquí...
- ¿Alguien quiere ocupar esa cabaña? ¿O lo elegiremos nosotros? - dijo una de las encargadas, odiaba llamar la atención, pero me odiaría el resto de los días que permaneciera aquí si por no levantar la mano perdía la oportunidad de ocupar esa cabaña. Así que levanté la mano, una vez más sin decir nada. La encargada me miró, y resultó ser mejor disimulando que la otra encargada.
- Souta, ¿verdad? - preguntó sin dejar de mirarme.
- Sí. - asentí añadiendo un movimiento de afirmación con la cabeza. De pronto, sentí que una mirada se clavaba en mí. Me giré sobre mi eje y me encontré con unos ojos bicolores que me observaban desde lejos entre la multitud. Me removí incómodo en mi lugar y me volví a girar hacia la encargada. ¿Qué pasaba conmigo? ¿Acaso no me había acostumbrado aún a las miradas de la gente? Que fuesen ojos distintos no era excusa...
— ¿Seguro de que quieres ocupar la cabaña...? Estarás solo allí...— dijo la encargada, parecía algo preocupada.
— Seguro. — afirmé, quería que la gente dejara de mirarme de una vez.
— Entonces está bien, supongo. Bien la siguiente es la cabaña más cercana, para un grupo de cuatros personas. ¿Algun o alguna interesada?— En cuanto acabó de formular la pregunta se escuchó como comenzaban los murmullos de la gente decidiéndose, y por encima de todos, se alzó la voz aguda de una chica, era baja y con un generoso busto. De cabellos color almendra y ojos café oscuro.
Cuando me fijé bien, vi que llevaba casi a rastras a un chico que sonreía ante la energética chica, tenia cabellos rubios, como el oro fundido, y ojos... Sus ojos... era él, el chico del bus, sus ojos... eran realmente cautivadores, como si los colores se movieran danzando en las pupilas de sus ojos...
Podría pasarme horas y horas observándolos, pero no soportaba que me mirasen ni por un segundo...
¿Qué me pasa con esos ojos...?Me acerqué a la puerta, pensando que seria uno de los encargados, pero al abrir la puerta no vi nada. No fue si no cuando bajé la vista, que me encontré con aquella chica de cabellos almendra.
— ¿Ocurre algo? — pregunté. Al parecer no me molesta su mirada, ¿entonces por qué los ojos de ese chico si...?
— Yo seré tu vecina estas semanas — hizo una pequeña y corta reverencia y siguió — por favor cuida de mí.... y de Shin.
— ¿Shin? — No fue si no hasta después de decirlo que me di cuenta de que lo había dicho yo.
— Ah, si, un chico que me encontré en el bus... Ah, pero si le conoces, chocaste con él en el bus.
— Oh...ya veo, así que él...
— Se llama Shinosuke— se apresuró a decir — es un buen chico, y ¡me parece que le han entrado ganas de ser tu amigo! — dijo sonriente como si anunciara el final de un duro invierno o algo por el estilo...— creo que vendrá a saludarte luego, no sé por qué pero parece más pensativo desde que llegamos, buenos, no importa no importa~ — dijo, canturreando las últimas palabras.
— Ya veo, gracias. — "si me disculpas, ahora me encerraré bajo llave y me dispondré a hibernar el resto de los días que quedan de campamento" me hubiese gustado decirle, pero sólo le dediqué una sonrisa desganada y cerré la puerta despacio.19:32 am:
Me sentía agotado. Cansado, adolorido, adormilado, aturdido. Esas palabras jamás me parecieron tan parecidas, como si formaran una sola...
Durante la tarde, se habían celebrado unos juegos para recrearnos luego del viaje en bus. Y no me permitieron ausentarme... Habíamos jugado a las bombas de agua, en ocasiones, sentí frío. Todo el juego transcurría normal, y conmigo lejos de aquellos salvajes que jugaban a lazan globos a punto de estallar a la cara de sus amigos... Hasta que recibí el primer golpe de un globo contra mi rostro. Me había pillado desprevenido, me había dado de forma rotunda en la mejilla izquierda y me había hecho voltear al cabeza ligeramente hacia la derecha. Me giré. Molesto. En aquel momento me encontraba dispuesto a hacer de un globo un arma mortal. Pero me encontré con una sonrisa y unos ojos bicolores bastante cerca, tanto que dando un paso hacia atrás, resbalé y caí sentado. Levanté la vista y esos ojos me observaban desde arriba.... Mi furia se había ido Dios sabe a donde...Hooola. Tantos siglosTTvTT)/
Bueno, ya lo saben, actualizo una vez por año (?)
Les dejo esto aquí, y mis disculpas por no haber subido nada de nada •∆•
Nada pues, le ruego que voten y comenten, no sean tímidos, amo sus comentarios, si actualice hoy fue precisamente porque aprecio que comenten OvO)9
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Tus ojos...
Roman d'amourDos chicos se conocen en un campamento, y a lo largo de este inician una relación de amigos, aun que claramente uno de ellos busca por algo más, y si se esfuerza lo suficiente, quizá pueda conseguirlo.