Capitulo 13: Enfrentando la realidad

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Termine de escribir la carta con los ojos llorosos, sabia que tenia que ser sincera con el y ahora lo único que quería era estar sola, sin que nadie me hablara, ni me cuestionara sobre las cosas que he dicho, porque si, se que fueron duras o tal vez tontas, hasta incluso un poco inmaduras de mi parte, se que mi abuelo nunca volverá y se que debo de aprender a vivir sin él, pero en verdad es difícil y mas aun sin mi madre, llegaba las veces en que quería desaparecer como ahora pero siempre me quedaba por mi hermano o porque pensaba que las cosas algún día iban a cambiar, que los problemas con mi madre se solucionarían y que seríamos "la familia perfecta", absurdo no?, Porque cuando menos me di cuenta mi madre estaba en Buenos Aires saliendo con un tipo al que yo ni siquiera conocía, muchos dicen que con el tiempo me iré acostumbrando y que saben que no será como mi padre pero si algo similar, lamentaba que Alex fuera el que este sufriendo las consecuencias de mis actos, lamentaba haberme alejado de Matt, Christopher y hasta incluso de Lisa, sabia que Hanna tenia toda la razón y que yo lo único que ocasionaba era que las personas se alejaran de mi, como si tuviera la peste.

Ahora solo quería estar sola era mi oportunidad, necesitaba reflexionar y tratar de entender que era lo que quería en el futuro y dejar de estar lamentando una muerte que paso hace muchos años y afrontar que las cosas con mi madre era un caso perdido.

Hasta que estaba a punto de llegar a la casa de playa de Alex me si cuenta que seguía llorando y que todos en el autobús se me quedaban viendo.
- Estas bien muchachita- me dijo una anciana que iba sentada justo a mi lado.
- Si, solo estoy cansada- intenté fingir una sonrisa, pero lo único que me salió fue una mueca.
- Cariño, no se que es lo que mortifique tu alma, pero te diré un consejo, no huyas de los problemas, afronta la realidad y no dejes que tu felicidad dependa de otras personas porque únicamente Tu- dijo enfatizando el tu- eres dueña de tu felicidad y solo de ti- de nuevo lo hizo- depende y tienes que aprender a que no siempre las cosas salen tal y como lo planeamls.- termino de decirme, y ahi fue cuando comprendí que muchas veces necesitamos hablar con un extraño, que como esta anciana te de buenos consejos, sin ni siquiera saber tu nombre.
- Gracias señora, es un sabio consejo y le prometo que lo tendré muy en cuenta.- le dije levantando me del asiento, pues ya había llegado a la parada que estaba solo a unas calles de la casa de Alex.
Le volvi a agradecer a la señora y le agradecí a dios por ponerla en mi camino, no era una persona muy religiosa, pero a veces no estaba de mas agradecerle las cosas a dios y mas aun que como dirían las personas "Lo que no mata te hace mas fuerte", yo tenia que dejar de ser una niña mimada, caprichosa e indesisa, en fin, tenia que aprender de mis errores y madurar. Era como todos solo quería tener 18 para emborracharme, salir de fiesta, hasta incluso por mi mente llegué a pensar en tener la mayoría de edad para poder salir con Alex, dios, y después con el tiempo se que me iba a morir de la vergüenza por esos pensamientos, esta bien que tenemos que vivir el día a día y sin amarguras, pero yo no quería terminar en un centro de adicciones o en un grupo doble A y mas sabiendo que solo estaba en mi, mi futuro.

Al fin había llegado, el camino se me hizo muy rapido, tener mi cabeza llena de pensamientos ocasionaba eso, que el tiempo pasara rápido y yo ni en cuenta.

Decidí no deshacer las maletas solo era un fin de semana y me daba mucha pereza asi que mejor me senté en el sofá y comenze a buscar que ver en la television, y al darme cuenta que no había ningún programa que llamara mi atención decidí poner una película y ninguna mejor que "Diario de una pasión" para hacerte llorar y reír y enamorarte una vez mas de todo.

A la mitad de la película y yo hecha una Magdalena escuche la puerta abrirse e inmediatamente sabia quien era, no me importo en lo absoluto que haya venido, total es su casa, lo que realmente me molesto fue que le haya pedido dos malditos días y ni siquiera eso pudo respetar, lo sentía acercarse cada vez mas, el ambiente desde que entro era cada vez mas tenso.
Así que cuando lo sentí muy muy cerca del sofá por fin me digne a preguntarle que hacia ahí y no siquiera lo mire, me límite a hacerle la pregunta.

El mejor amigo de mi madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora