Capítulo 3

231 39 47
                                    

¿Por qué tardaste tanto?

Capítulo 3

Una semana había pasado de mi cumpleaños, la conversación con Rika y Chiharu me había dejado con muchas dudas y preocupaciones, que fui despejando con el pasar de los días.

Tomoyo se estaba comportando como yo siempre la había visto, una hermana común. La que siempre estaba diciéndole a su hermana como hacer las cosas, todo con el afán de ayudarte a mejorar y a crecer.

―¿Y se lo hiciste saber? ―indagué con aburrimiento, las bolsas pesaban y esa historia la venía escuchando desde que entramos a la tienda.
―Claro que no. Yo no me acerco a personas como él ―respondió―. Era un bobo si pensaba que yo iba a hablarle.
―Disculpa ―una voz se escuchó a nuestras espaldas―. ¿Sakura Kinomoto?

Me di vuelta lo más rápido que pude, temiendo una lesión en mi cuello. No recordaba la última vez que lo había visto, pero era él, el mismo Ren Tsumaru.

―¿Ren? ―pregunté dibujando una sonrisa―. ¿En serio eres tú?
―Soy el único hombre de tus sueños, Kinomoto ―sonreí y por inercia le pasé las bolsas a Tomoyo para ir a su encuentro―. Cuánto has crecido.
―No más que tú. Me alegra volver a verte ―respondí estando frente a él―. ¿Qué te ha traído de vuelta?
―He decidido regresar a mis raíces, Tokio no es la gran cosa ―comentó soltando suavemente el abrazo―. Quiero saber de ti. No se me olvida que la semana pasada fue tu cumpleaños.
―Yo también quiero saber de ti ―respondí con una gran sonrisa―. ¿Te has casado ya?
―No soy hombre de una sola mujer. ―Soltó una carcajada―. ¿Te parece que nos veamos este fin de semana?
―Me parece una buena idea ―respondí emocionada.
―Ese es parte de tu encanto ―sacó un celular de la bolsa de su abrigo―. Pasame tu número para estar en contacto.
―Un momento, ¿qué pasa aquí? ―preguntó mi hermana notablemente molesta y era justificable, la habíamos dejado por fuera.
―Perdón, Tomoyo ―respondí con una sonrisa. Ver de nuevo a Ren me había alegrado el día―. ¿Te acuerdas de mis amigos de la escuela? Este es Ren.
―Que gusto me da verte de nuevo Tomoyo ―saludó mi amigo.
―El gusto es mío también ―respondió ella dibujando una sonrisa.
―¿Qué dices? ¿Nos vemos este viernes para tomar un café y así ponernos al día? ―sonrió esperando una respuesta.
―Claro que sí. Nos vemos después de mi jornada ―definí, estaba deseosa de saber más de mi amigo.
―A la hora que quieras, hermosa. ―Observó su reloj de pulsera y añadió―: Tengo que irme. Estamos en contacto.
―Me da gusto saber que estás por aquí de nuevo. ―Me di la vuelta dispuesta a retomar mi camino, cuando su voz nuevamente me detuvo.
―Espero que la impuntualidad ya no sea uno de sus fuertes. ―Se carcajeó y se alejó moviendo su mano.
―¿Acaso él fue tu novio alguna vez? ―preguntó Tomoyo cuando estuvimos de nuevo solas.
―¿Novio? No, simplemente buenos amigos ―respondí, sujetando las bolsas nuevamente.
―No vas a negar que es muy guapo ―comentó siguiendo el camino.
―¿Podemos darnos prisa? No quiero que papá nos espere mucho tiempo ―corté esa conversación y me adelanté a casa.

Ren Tsumaru era uno de mis amigos que ambos empezamos la secundaria, en la clase de sociales se nos asignó un proyecto en el cual debíamos compartir con un compañero del sexo opuesto, y por haber llegado tarde fui asignada a trabajar con él.

Ese proyecto tenía duración de una semana y yo estaba muy nerviosa porque nunca había compartido con él nada más que los buenos días, pero por encima de mis reservas estaba el objetivo de aprobar mis materias así que fui la primera en acercarme a para llegar a un acuerdo y así saber de qué manera íbamos a poner en práctica lo que la maestra había ordenado.

No sabía nada sobre él, por esa razón la asignación tenía como objetivo que fuéramos capaces de estar con cualquier persona y sentirnos cómodos. Ren, amablemente sugirió que la primera parte del proyecto se llevara a cabo en mi casa para que yo me sintiera en mi ambiente.

¿Por qué tardaste tanto? EDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora