Geraskiernktober 2020

Día dos del #Geraskierktober 2020 #Estigmatofilia

Jaskier se encontraba parado justo por fuera del apartamento de su novio, repasando todo lo que podrían hacer esa tarde. Después de casi un año sin verlo, cada segundo que no cruzaba por esa puerta y lo devoraba a besos se convertia en una tortura, la cuarentena ya había acabado pero el periodo de cuidado aun se mantenía, por lo que las salidas aun eran algo restringidas por todas partes. Estaba harto del sexo virtual que poco le satisfacía ademas de la vista, pero no esa noche, esa noche, al fin volveria al negocio.

-Veamos...ropa provocativa pero no tanto, listo, comida "para la ocasión", listo y finalmente, ¡condones y lubricante de sabores, listo!- se aseguro de tener todo en su lugar y con la mano que le quedaba libre, toco finamente la puerta de madera del departamento. Estaba tardando y él estaba dispuesto a tocar de nuevo antes de hacer uso de la llave extra que ya poseía, pero la puerta fue abierta por su adormilado galán, parecía que lo había despertado de una buena siesta.

-¿Jaskier? que- sus palabras fueron cortadas por el repentino abrazo de su castaño novio que por poco los hace caer si no fuera por su buen equilibrio. Poco le importó esto cuando se hizo presente la sensación nuevamente de Jaskier, le devolvió el abrazo de forma más exagerada, levantándolo un poco por el aire y respirando la colonia de frescos narcisos cerca de su cuello, como lo había extrañado. El sonido de la risa de Jaskier era música bella para sus oídos, no lo soltó en ningún momento.

-Jaja basta ya grandote, vas a tirar la comida- el castaño se sujetaba con un solo brazo del cuello de Geralt, su otro brazo se encargaba de mantener alejada del alboroto su comida de esa tarde-...te extrañe mucho, dear mine.

-También te extrañe, songbird- finalmente unieron sus labios y Geralt por fin bajó a su perfecto novio para poder profundizar bien dentro de su boca- ¿Qué es todo eso?

-Nuestra comida, son las 12 de la tarde asi que asumí que aún no habías desayunado y por tu apariencia, se que acerté- se separaron para que el castaño dejara sus cosas en la barra de la cocina y pudiera volver a apreciar el bien formado cuerpo de su novio. Solo tenía puesto un pantalón deportivo gris dejando a la vista la parte superior de su cuerpo, esta estaba llena de diversos tatuajes de muchas formas y colores; Geralt aun no terminaba de contarle la historia y el porqué de cada uno de ellos, pero tenían tiempo de sobra, apreció también los piercings que se encontraban incrustados en su ceja izquierda, en su nariz un aro plateado y múltiples de estos en lo que eran sus orejas, pero los que más resaltaban se encontraban reposando en cada uno de sus pezones, cuantas veces no había pasado su lengua de forma completamente lasciva por ellos, haciéndolos brillar más de lo que ya lo hacían.

-Hmm, cierto...aunque tú pareces más interesado en comer otra cosa- el tono siempre grave y calmado de su novio lo hizo volver a la realidad, dándose cuenta que acaban de atraparlo deleitándose visualmente y con la boca bien abierta, hizo el ademán de limpiar su saliva imaginaria y le dedicó una mirada divertida al contrario- que bueno que aun has visto mi nueva adquisición.

Esto lo hizo dejar de desempaquetar la comida y levantar la mirada en busca de una respuesta, sin embargo solo se encontró con una sonrisa burlona y de superioridad. Oh no, no acababa de tentarlo para que buscara respuestas, porque siendo Jaskier como era, las iba a encontrar.-¿A si?, porque no me lo muestras y medimos si mi reacción te satisface- comenzó a desviar la mirada para disimular que la situación no le interesaba en lo mas minimo, no caería de nuevo en el tonto jueguito de Geralt y comenzaría a preguntar a diestra y siniestra como un niño pequeño, esta vez, lograría que fuera su novio quien lo señalara.

-¿Y donde estaría la diversión?- Geralt salió de su vista, tal vez para ingresar de nuevo a su cuarto a buscar a su queridísima gata, Roach no solía ser muy amistosa con los demas, pero había aprendido a adaptarse a Jaskier, especialmente desde que el castaño la había sobornado con una hierba para gatos muy buena. El de pelo blanco entró a la cocina donde el contrario ya había terminado de desempacar todo y se preparaba par comenzar a cocinar, cargaba a la felina de pelaje café para darle su porción de comida del medio día.