No Le Tengas Miedo Al Afrontarlo

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Había pasado una semana desde que supimos que el padre de Laurie había regresado, en tan solo pensarlo me comenzaba a molestar, de alguna forma necesitaba soltar todo el enojo, rabia, que sentía por ese señor, pero no podría permitir que esos sent...

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Había pasado una semana desde que supimos que el padre de Laurie había regresado, en tan solo pensarlo me comenzaba a molestar, de alguna forma necesitaba soltar todo el enojo, rabia, que sentía por ese señor, pero no podría permitir que esos sentimientos negativos dañaran mi día a día.

—¿Cómo está la escritora de esta pequeña oficina y de esta hermosa librería? —sonrió y niego por el hermoso entusiasmo en que llegaba mi padre. Casi todos los lunes me visitaba.

—¿No crees que exageras? —preguntó levantándome para abrazarlo fuerte.

—Y no crees que el universo debe de escucharlo.

Mi padre cree en el universo y en las manifestaciones, por mientras que yo apenas estaba creyendo más en ellos, pero en estos días no he estado tan positiva como debería estarlo, aunque está muy bien sentirse así a veces, pero soy yo quien puede controlarlo, solamente yo.

—Te siento intranquila, ¿pasa algo con Laurie? -

—No padre, todo va muy bien con él, él enserio es un buen esposo, lo amo tanto, demasiado, hasta tengo miedo de poder romperlo cuando lo abrazo. —rio por mis palabras y mi emoción al recordar lo feliz que estoy con él, veo que sonríe y se ríe.

—Me alegra tanto, no hace mucho pase y lo vi pintando con unos niños, será un buen padre, espero que me den nietos pronto.

—Padre, todavía no.

—Entonces cuando, podría desaparecer mañana, no sería factible.

—No digas tonterías, mañana se cumple un mes de nuestro casamiento. —le recuerdo por mientras me quedo mirando mi anillo, el tiempo se pasaba realmente rápido, era algo que no podría creer—. Lo amo mucho papá. —siento que se me rompe la voz, y mi padre se acerca a mí.

—Oh hija, tranquila, él sabe muy bien que lo amas, lo tiene presente todos los días, igual que él te ama a ti, lo hace con todas sus fuerzas, no llores.

Me tranquilizo, estaba muy sensible últimamente, no sabía que me estaba pasando, mi padre y yo nos fuimos a comer algo, por mientras que hablábamos algunos planes para este fin de semana, decía que estaba aburrido de estar en esa casa y que Lorena necesitaba salir también, me daban risa, porque él sabe muy bien que ella lo tiene loco, pero en el buen sentido, hablamos sobre mi hermana y de la pequeña Alice, pueda que quede a nuestro cuidado este fin de semana ya que ellos se irán a un pequeño viaje.

A la final mi padre se despidió por mientras que yo me quede en la pequeña cafetería, tenía tantas ideas de comenzar a escribir mi primer libro mejor dicho uno de muchos escritos que tenía sin terminar, solo tenía veinticinco años y tenía tantas ganas de llegar a ser escritora, pero con el pasar de los tiempo lo comencé a olvidar cuando solo ese sería mi escape a mi alrededor, agarro mi pequeño cuaderno y comienzo hacer notas de mis pensamientos y de aquellas ideas que nacieron de lo más profundo de mi alma.

Si los pétalos se cayeran [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora