El secuestro

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Marc hace uso de todas sus fuerzas para recomponerse. La impresión que aquella chica ha causado en el es inexplicable. Jamás una mujer le había movido el piso con tan solo una mirada. Y aquella voz tan dulce que era imposible no voltear a ver la dueña de aquella voz. Pero que contrastaba tanto de aquel cuerpo que con solo verla deseaba tocarlo.Su pecho, su cintura,sus caderas. Y aquel rostro de delicadas facciones. Piel blanca,ojos castaños, cejas finas,nariz delicada, labios finos y su cabello castaño.Pero lo que mas le cautivó fueron sus ojos que tenían un algo que no podía descifrar era como una mezcla de emociones sorpresa,ternura,deseo,miedo,tristeza. Esta ultima la más predominante. Y esto lo intrigaba. Aquella mujer era un misterio que lo invitaba a descubrirlo. Era todo un reto y a el le gustan los retos...
John interrumpe sus pensamientos comenzando a hablar.
- Disculpa la interrupción. En donde estábamos ? Ha si en que me vas a dar un tiempo más para que pueda saldar mi deuda.
- Yo nunca dije eso John fuiste tu., espetó Marc con enojo.
- Sabes que yo más que nadie deseo salir ya de esta deuda pero la situación económica cada día está peor  con eso...
- No John! Le interrumpe Marc elevando la voz.
No te daré más oportunidades y no me pongas más excusas! Ya me enteré de tus inversiones en el consorcio Lavenport! No me vengas con que no tienes para pagar tu deuda pero si para invertir en otra parte. Teníamos un acuerdo. Tu pondrías una parte del dinero al inicio y el restante seis meses después cuando todo estuviera corriendo y de eso ya va año y medio.
- Pues como tu mismo lo has dicho ya invertí una fuerte suma en el consorcio y ahora mismo no puedo responderte como quisiera. Y si quieres demándame pero sabes qué gastarás una fuerte suma en abogados y para cuando termines habrás esperado lo mismo pero perdiendo mucho más dinero.
- Esto no se va a quedar así! Te lo aseguro. No te confíes pensando que te saldrás con la tuya. De eso me encargo yo!
Y salió de aquel lugar dando fuertes pisadas. Mientras  John Calahan quedaba allí de pie asimilando aquellas palabras.

Marc entra hecho una furia en su Rolls Royce negro mientras Frank arranca en silencio para dirigirse a la empresa donde Marc tenia otros compromisos. Luego de unos minutos de silencio Marc toma el teléfono y marca el numero de el jefe de sus equipo de guardaespaldas.
- Jan Carlo, tengo un trabajo importante para ti que necesito que hagas pero esto debe quedar entre tu y yo. Debes realizarlo con total pulcritud, nadie se debe dar cuenta. Y necesito que sea ahora mismo...

Mientras tanto Jennifer espera en el aeropuerto desde hace varios minutos.
- Genial! El vuelo esta retrasado por una hora no tan solo unos minutos sino toda una hora.,comenta para si mientras observa la pantalla que muestra los horarios de los vuelos.
Se sienta en uno de los incomodos asientos de la amplia sala donde ve como otros pasajeros se mueven apurados de un lado a otro arrastrando su equipaje, murmullos de uno y otro lado. Y el sonido frecuente de una voz que le indica a los pasajeros de otro vuelo que ya deben abordar.
Observa dos niños que en otro par de asientos juegan uno con el otro y medita para sus adentros, "por lo menos ellos se tienen uno al otro pero yo ni siquiera tengo un hermano o hermana. Ya que mi madre murió justo al darme a luz."
En medio de sus cavilaciones no se dió cuenta de un hombre que se acerca a ella con paso firme hasta que lo tiene de frente y este le pregunta con voz inexpresiva.
- Señorita Jennifer Calahan?
- Si, soy...yo? Quien.. es usted y que desea?, responde titubeando Jenny por la sorpresa.
- Señorita,debe acompañarme es su padre...
El Señor Marc Stevens me envía. Necesito que me acompañe de inmediato.
- Que le pasó a mi padre? Quien es Marc Stevens? Que está pasando?
- Señorita cálmese el Señor Stevens es el caballero que estaba reunido con su padre cuando usted salió de la casa. Y en cuanto a su padre será mejor que el Señor Stevens se lo explique personalmente.
- Pero dígame mi padre está bien?
- Por favor acompáñeme ya estamos llamando la atención en este lugar y el Señor Stevens le espera.Jennifer miró a su alrededor viendo algunas miradas curiosas de otras personas que también esperaban en esa área se apresuró a tomar su cartera y acompañar al hombre. El la dirigió hacia afuera del aeropuerto donde la esperaba un vehículo negro con cristales polarizados.Ella entró en el interior del auto pero al instante se percató de que el hombre que vio en la mañana en el despacho de su padre no estaba en el interior. Al instante una sensación de terror la inundó haciéndole imposible pensar con coherencia  o articular palabra alguna. El hombre que la sacó del aeropuerto subió del lado contrario del auto y el automóvil arrancó de inmediato. Mil preguntas y dudas invadieron la mente de Jennifer al instante. Quien es esta gente? Como pude confiar en un completo desconocido y subirme a su auto. Es verdad todo lo que este hombre me dijo? Y si no es cierto? Y si estoy siendo secuestrada? Pero me subí a el automóvil voluntariamente! Será considerado un secuestro aún? Si estoy siendo secuestrada quien podría echarme de menos? Quien pagaría mi rescate? Pero y si realmente mi padre está mal y sí sufrió un infarto o que se yo!? Todos esos pensamientos la abrumaban mientras  observaba a aquellos hombres uno mientras conducía el vehículo con toda agilidad y el otro que  en total  silencio y con rostro más que serio de pocos amigos le hacia ver que no convenía que hablara. Pero aun así pregunto :- A donde nos dirigimos?
— Ya lo sabrás., responde cortante.
- Dónde está el Señor Stevens?
- Ya lo verá. En unos minutos estaremos con él.
Luego de largos minutos de angustia en que Jennifer guardo silencio pero su mente parecía un torbellino y jugueteaba con sus dedos mientras notaba sus manos sudorosas por el nerviosismo se detuvieron frente a unos portones que inmediatamente se abrieron para darle paso al vehículo en el que Jenny viajaba. Pasaron por un camino bordeado de grama y en el centro de un hermoso jardín una fuente de agua.Bordearon el jardín dirigiéndose por el camino.En otro momento se habría detenido a admirar la belleza de su entorno. Pero en este momento los nervios la dominaban y no sabia en que estaba metida. El automóvil se detuvo frente la puerta de una hermosa mansión e inmediatamente ambos hombres se bajaron del auto. Ambos miraban a los lados y tocaban sus oídos  desde los que sobresalían unos cables como si escucharan instrucciones en algún artefacto  que yo no podía ver. Pero luego de unos instantes uno de ellos me hizo una seña con la mano y abriendo la puerta de mi lado con su mano me ayudó a bajar indicandome la dirección de la puerta para que entrara. Me adentre en aquel lugar esperando ver a mi padre o a aquel hombre inmediatamente entrará pero no fue así. Al entrar una mujer de un 60 años me esperaba vestida con uniforme de servicio y me indicó que la siguiera al seguirla me llevó adentrándome cada vez más en aquella mansión que a mis ojos era mucho más grande que la de mi padre, podría  perderme en su interior. Hasta que al fin me indico una puerta pero no la abrió sino que se marchó dejándome frente a esta. Respire profundo antes de abrir y luego de dar unos toques abrir la puerta. Al entrar me encontré en una habitación que se usaba como sala de estar pero era más privada debía ser usada por sus dueños en las noches y momentos en que querían descansar mientras leían un libro, tomaban una taza de té, para admirar un atardecer o una noche estrellada pues tenia un hermoso balcón con unas puertas en vidrio que se encontraban abiertas con unas cortinas que habían sido abiertas para dejar entrar la luz del día y la agradable brisa del viento que se abría paso  con suavidad las movía dando una sensación de tranquilidad.En el balcón inclinado sumergido en sus pensamientos estaba aquel hombre. Aquel que vi en la mañana en casa de mi padre pero que ahora se veía contrariado parecía librar una batalla en sus pensamientos. Pero su postura inclinado sobre la barandilla de aquel balcón con sus manos unidas entrelazando sus dedos tan solo lo hacía ver aun más varonil. Jenny se le quedó viendo admirando aquel hombre enigmático que la paralizaba con tan solo verlo. Aquel hombre que cambiaría su vida para siempre aunque ella aún no sabía  hasta qué punto...

Te esperaba en mi soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora