Mientras observaba detenidamente a la compañera de su hijo menor quien, acabada de recibir en su casa, Fugaku pensó que el color de su cabello era un tanto peculiar y que no era la primera persona que veía con ese tono rosado. Solo que no recordaba en dónde.
La habitación estaba completamente iluminada, por lo que la observó con descaro, asumiendo su posición de jefe de la Policía Militar de Konoha. No era nada contra de ella, simplemente estaba acostumbrado a estudiar a las personas que conocía y que tenía frente de él. También recordó pequeños retazos de las conversaciones de sus dos hijos sobre ella. Entendiendo que aquella mota de color rosa guardaba sentimientos amorosos por su hijo menor, pero este no la quería o al menos eso decía, aunque su querida esposa Mikoto, juraba que su niño pequeño estaba enamorado de su dulce compañera y que no lo quería reconocer. Un mal que aquejaba a todos los Uchiha, el no querer demostrar sus sentimientos. Además, sabía perfectamente de las habilidades que la pequeña niña poseía al ser alumna de Tsunade-sama.
Le lanzó una mirada aún más severa que la anterior y preguntó: —Haruno Saruka, ¿verdad?
—Sí, señor. —Haciendo una ligera inclinación de su cabeza. —Yo vengo a buscar a...
—Sasuke, lo sé. Él vendrá en un momento. Siéntate —ordenó—. Aguardaré contigo.
Sakura miró a su alrededor y optó por sentarse en un cómodo sillón individual, mientras su anfitrión hacía lo propio en un sofá que le permitía estar frente a frente de la chica. Inmediatamente Fugaku cruzó los brazos manteniendo su seriedad y mirada penetrante. Esa actitud le hizo recordar a Sasuke, quien también tenía esa mirada inquisidora y tenía la mala costumbre de buscar incomodarla, aunque dudaba mucho que esa fuera la intención del papá de su compañero.
Pasaron los minutos y su compañero no llegaba. Empezaba a dudar que apareciera, por lo que, sin notarlo, comenzó a jugar con su bolsa, estaba oscureciendo y no quería llegar tarde a casa para cenar, además que sus padres se preocuparían. Pero no era la única con algo de impaciencia. El líder del clan Uchiha quería salir tanto o más que ella. Una persona tan ocupada como él, no tenía tiempo de esperar a Sasuke hasta que decidiera presentarse.
—Sakura, ¿te gustaría un poco de té? —preguntó con algo de brusquedad en su voz.
Lo cual fue suficiente para que me pusiera de pie.
—No, se lo agradezco, ya me tengo que ir —dijo al mismo tiempo que buscaba en su bolso la razón de su visita—. Me pidió Kakashi-sensei que le entregara este sobre a Sasuke. Se lo puede dar, por favor.
—No será necesario —respondió una voz detrás de ella—. Ya estoy aquí, Sakura.
La pelirrosa no puedo evitar sonrojarse ni sorprenderse. Teniendo como testigo de Fugaku con una leve sonrisa en sus labios, aquella escena le sirvió para comprobar que aquella niña no le era indiferente a su hijo, ya que en el tiempo que los hizo esperar; se bañó y cambió de ropa, puesto que había llegado hecho un desastre luego del entrenamiento con Itachi.
Sin duda su querida Mikoto tenía razón. Sasuke estaba enamorado. Lo que se preguntó asimismo ¿por qué si era tan evidente para su familia, para la mota rosada no lo era?
—Sasuke-kun, hola.
—¿Qué sucede? ¿Existe algún problema? Le dije a Kakashi que hoy entrenaría con mi hermano.
—¡Eh! No, no, Kakashi-sensei me pidió entregarte esto. Toma. —Extendiendo su brazo para entregarle el mensaje.
Sasuke sonrió de lado, pero no le agradeció, sino más bien aprovechó para burlarse de ella, llamándola: mensajero de lujo. La pelirrosa no dijo nada a su provocación. Mientas Fugaku notó las faltas de su hijo y que ya eran varias: primero no la saludaba, segundo no le agradeció el gesto de traerle el mensaje y tercero se burlaba de ella. En pocas palabras al menor de los Uchiha le faltaba educación. Su padre tuvo ganas de reír, no solo le faltaba educación, sino una enseñanza de de buenos modales. Pero ya tendría oportunidad de hablar con él. Si madre lo viera comportarse así, se decepcionaría.
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Un poke, ¿a qué es igual?
FanfictionSasuke, siendo un adolescente con mal carácter, no sabe cómo hablar con Sakura, ni mucho menos expresarle sus sentimientos, pero recibirá ayuda y que a su vez le harán ver su suerte, cobrándose las veces que el menor de los Uchiha hiciera sufrir a l...