Xiao Zhan, una persona normal a los ojos de los demás atormentado por sus propios recuerdos.
Wang Yibo, hijo único y heredero del clan Wang, deberá proteger a Xiao Zhan y evitar que caiga en manos equivocadas.
-¿Estaremos juntos?-preguntó rodeando...
Iban caminando uno al lado del otro en silencio. Yibo se preguntaba que le pudo haber sucedido a Xiao Zhan, si bien, no es que no pudiera entrar en su mente y averiguarlo. Le gustaría que él mismo se lo contara.
Pero... ¿Si Xiao Zhan descubría lo que era y no quisiera volver a verlo pensando que quiso acercarse solo para alimentarse de él?
-¿Estás bien? Te ves cansado.—se detuvo.
-¿Eh? No, no te preocupes, estoy bien.—dijo. No había notado que su respiración se agitó de pensar eso.
-No falta mucho para llegar a mi casa, tú deberías regresar a la tuya, está oscureciendo.
-Gracias por preocuparte, pero yo me ofrecí a acompañarte y eso haré, así que vamos.
Comenzó a caminar de nuevo, pero se detuvo al escuchar la risa de Xiao Zhan. Se volteó.
-Es por aquí.—señaló.
-Ya lo sabía.—murmuró pasando por su lado. Se había sonrojado—Vamos.
-De acuerdo.
Sí, sonrojado. Quizás, para muchos los vampiros eran seres inmortales que solo bebían de sus víctimas para mantenerse vivos, bueno, esa parte tal vez sea cierta—En algunos casos lo era—Pero sus corazones sí bombean sangre; no la misma cantidad de un humano, pero sí la necesaria.
[......]
-Gracias por acompañarme.—dijo mientras buscaba sus llaves.
-No es nada.
-¡Cierto! Lamento no haberme presentado antes, me llamo Xiao Zhan.
-Wang Yibo, un gusto en conocerte.—aceptó la mano que le tendía.
Estuvieron unos segundos con sus manos unidas, hasta que una leve ventisca de aire los envolvió y los hizo soltarse rápidamente.
-Y-yo... creo que debería irme ya.—dio un paso atrás.
-Entonces... ¿Nos vemos en el trabajo mañana?
-Claro, nos vemos.
Zhan lo vio alejarse, algo dentro suyo le decía. Ve tras él, no lo dejes ir... Pero no lo hizo. Recogió sus cosas y entró a su casa. Quiere meterse bajo las sábanas y dormir hasta el otro día, pero las palabras de HaoXuan aún permanecían en su cabeza.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sonido de la alarma de su celular lo hizo incorporarse para detenerlo, logró dormir un par de horas luego de revolcarse en su cama. Maldijo a su amigo por decirle eso, pero sabía que él no lo hacía con mala intención. Se sentía aún con sueño pero debía ir a trabajar, así que se levantó y fue a ducharse.
Se observó su vestimenta en el espejo frente a él. Gabardina gris encima de una Cafarena blanca que se le apegaba al torso, unos jeans negros y zapatos negros.