Xiao Zhan, una persona normal a los ojos de los demás atormentado por sus propios recuerdos.
Wang Yibo, hijo único y heredero del clan Wang, deberá proteger a Xiao Zhan y evitar que caiga en manos equivocadas.
-¿Estaremos juntos?-preguntó rodeando...
-No te acerques.—dije—Sé lo que estás tramando y no voy a dejar que te salgas con la tuya.
SeungJoo en un segundo estaba a mi lado.
¿Crees poder hacerlo?
Sí.
-Choi JinHyuk, es mejor que te rindas ahora, o de lo contrario tendrás que enfrentarnos a ambos.
Le agradecí a SeungJoo. Si mi padre se rendía podría tener la oportunidad de ser perdonado, pero si se niega...
-No es necesario que lo hagas.—habló sacándome de mis pensamientos—Sé que cometí un grave error poniendo en riesgo tu vida.—de su espalda sacó un arma; SuengJoo se colocó frente a mí a la par que ambos nos tensábamos—Quiero que tengas esto.—dejó en el suelo frente a él un papel y encima un cofre pequeño.
No, por favor, aún tienes oportunidad. Dije mentalmente al saber lo que haría.
-Solo quiero preguntarte. ¿Me perdonas?
-Sí, te perdono, por favor no lo hagas.
-Es bueno saberlo... adiós hijo.
-¡Papá no!-
El fuerte sonido del disparo me detuvo.
-Debemos irnos.
Me habló SungJoo cubriéndome de las cuchillas que fueron lanzadas en nuestra dirección. Por un momento no pude hacer nada más que observar el cuerpo inerte de mi padre.
-Seun... ¡Seunyoun!—su grito por fin me hizo mirarlo—Debemos irnos. Xiao Zhan fue herido.
-Pero...
-Me encargaré de él después, lo prometo.—había tomado las cosas que mi padre dejó en el suelo.
-De acuerdo, vamos.
Di una última mirada antes de alejarme con SeungJoo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Joven Wang, debemos regresar a la mansión ahora.—habló seriamente Yixing. Asentí.
Dejé a algunos de mis aliados para que se encargaran y yo volví con los demás a la mansión.
Recosté a Zhan en mi cama con sumo cuidado. La hemorragia se había detenido pero aun así perdió demasiada sangre. Logré sentir su corazón latir de manera lenta y pausada. Comencé a entrar en pánico.
-Príncipe Wang.
Escuché a la madre de Zhan-Ge llamarme y en silencio salí de la habitación—a pesar de no querer separarme de él—Una vez afuera ella habló.
-¿Cómo está mi hijo?—la preocupación y el miedo eran notables en su voz.
-La hemorragia se detuvo, pero dado que no pudimos acercarnos a él, antes perdió demasiada sangre, su corazón.—mi voz tembló—Se está debilitando. No sé qué hacer, realmente no quiero perderlo.
