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Dos meses después...

La relación entre Itzan y Ester fue más que perfecta, se sentían muy felices, más que nunca, todo parecía indicar que no podría pasar nada malo para destruir esa felicidad...

-Bésame – suspiro Itzan en su oído al despertar a su lado

-Nunca te cansas...

Itzan pone manos sobre sus brazos, acercándola más hacia él, hace pocos días que Danna se mudo a vivir con Miguel ya que han empezado a salir juntos, no quería seguir molestándole a la pareja feliz aunque les visitaba casi todos los días.

-Miguel y Danna nos han llamado a cenar esta noche – comenta

-Joder, pensé que podrías pasar toda la noche juntos, tomar una ducha y esas cosas.

Itzan se había convertido en un chico mas pícaro que nunca, nunca se cansaba de seguir provocándola y mostrándole cuanto le desea.

-Voy a pensarlo – responde

Itzan se levanto de cama, tomaba su bóxer, Ester no deja de mirarlo, muerde el labio al ver el cuerpo desnudo de su novio, tan solo pensar que todo eso es suyo le excita mucho.

-¿Sabes qué? – dijo Ester

Itzan no dio vuelta, estaba buscando su móvil, de pronto la rubia se le acerca por detrás, pone ambas manos sobre su cuello, tocándolo.

-Quizás voy a aceptar tu propuesta, pero solamente esta vez – suspira

-¿Esta vez? Yo diría que tú siempre caes ante mis encantos, mi amor.

Le dije de una manera arrogante, ella sonríe y sienta sobre sus rodillas, rodeando piernas sobre su cintura, besando sus labios sensualmente, los dos gemían mientras ella empieza moverse sobre su miembro atreves el bóxer, rozándolo.

-Parece que no me piensas dejar salir de la cama...

-¿Tú crees? – cuestiona inocentemente

-Eres un diablo, Ester.

-Eso ya lo sabías...

Seguían saboteándose por unos minutos más, hasta que el móvil de Ester empieza timbrar, cuando le tomaba no podía concentrarse, Itzan estaba besando su cuello pero ella logro notar que había tantas llamadas perdidas de su madre, hasta le mando un mensaje diciéndole que es urgente, que se trata de vida o muerte.

Ester sabía que su mama no es de esas personas que mandan ese tipo de mensaje, si lo escribió es porque no tuvo otra alternativa.

-Espera, Itzan...

-No puedo, me pones mucho...

-¡Itzan!

-¿Qué?

-Tengo que llamar a mi mama...

-¿Tu mama? No entiendo...

Antes de poder decir algo mas, el castaño vio a Ester levantándose, tomando ropa y saliendo de habitación. Mientras tanto el decidió dejarlo todo para esa noche, vestirse e ir a trabajar, seguía trabajando en el café junto a Danna y Miguel, por el momento.

Cuando salió de habitación se encontró con Ester, ella estaba preocupada, por un segundo Itzan pensó que algo paso pero ella se acerco.

-Me voy.

-¿A dónde?

-Mi mama me necesita.

-No has hablado con ella por dos meses, ahora te llama y de repente...

-Es, algo paso...

-¿Qué paso?

Ni ella misma sabia, lo único que sabía es que a pesar de todo su mama la necesitaba, todas las diferencias y peleas del mundo no podían hacerle mandar a su propia mama a la mierda.

-No sé, Itzan.

-No entiendo nada – se queja

-Yo tampoco.

-¿Qué más te dijo?

-Estaba llorando.

-Joder...

Ester se despidió de él, se fue directamente a casa de padre de Itzan, allí la estaba esperando, no entendía nada y ahora por fin podría descubrir que sucede.

Itzan se fue a trabajar, se olvido por completo del asunto de Ester porque ella le prometió llamarle y decirle que sucede. Mientras tanto, el castaño decidió ir de compras en cuanto termina con el trabajo, quería hacer una cena especial para Ester y ver alguna película.

El castaño nunca he dejado de ser romántico...

Cuando llego a casa, dejo todas las cosas que compro, vio que su móvil no tiene batería, lo dejo en la mesa y empiezo preparar la cena. Pocos minutos después Ester llego, entro en cocina, sintiéndose más aliviada al encontrarlo allí por fin.

-No contestas a las llamadas...

-Me quede sin batería.

Ester tiene ojos llenos de lágrimas, le abraza.

-¿Qué te pasa?

Itzan empieza preocuparse, el hecho de que aun no le decía que sucedió con su madre le altera, tenía miedo que volvió decirle algunas cosas o incluso cachetearle.

-Tengo que decirte algo.

-Te escucho...

-Necesito que seas fuerte.

A Itzan no le gusto esa introducción a lo que sea que está a punto de oír, sin duda estaba seguro que ella trae malas noticias.

-Dímelo de una buena vez – altera la voz

Ester le mire en los ojos, tocando su rostro...

-Tu papa ha sufrido un infarto, está en hospital.

La noticia menos esperada, no había hablado con el por días pero se le partía el corazón tan solo pensar que su papa podría estar al borde de la muerte.

-¿Infarto?

-Está muy grave, Itzan.

¿Y porque no hablaron? Porque su papa era demasiado orgulloso como para buscar a su hijo y el castaño seguía con empeño de hacer las cosas a su manera...

Ahora tenía otra oportunidad para volver a tenerlo en su vida aunque parece que está un poco tarde para eso, la rubia le abrazo fuertemente, no se aparta de él, no quería dejarlo solo ni un solo segundo. 

No te debi besarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora